Durante mucho tiempo, la temperatura corporal de 37°C se consideró el estándar de salud "normal" para el ser humano. Sin embargo, investigaciones recientes, incluidas las realizadas por Harvard Health Publishing, están cambiando esta visión y sugiriendo que la temperatura corporal es más variable de lo que se pensaba.
La temperatura corporal no es un valor fijo
Según los estudios de Harvard, la temperatura corporal normal no es un número único. Puede variar considerablemente entre individuos y en función de diversos factores, como:
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Edad: Los niños suelen tener temperaturas más altas que los adultos mayores.
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Nivel de actividad física: El ejercicio puede elevar temporalmente la temperatura corporal.
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Hora del día: La temperatura corporal tiende a ser más baja por la mañana y más alta por la noche debido a nuestro ritmo circadiano.
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Método de medición: Las mediciones rectales suelen ser más altas que las orales, y estas, a su vez, son más altas que las axilares.
Este rango de variabilidad implica que la temperatura "normal" puede estar entre los 36.1°C y valores cercanos a los 37°C. Es importante tener en cuenta estos factores al evaluar la salud de una persona.
Tendencia histórica: estamos "más fríos"
El doctor Robert Shmerling, editor de Harvard Health Publishing, ha señalado un fenómeno interesante: la temperatura corporal promedio ha disminuido en los últimos 160 años. Comparados con los humanos del siglo XIX, las personas modernas tenemos una temperatura corporal más baja.
Shmerling sugiere que este cambio se debe principalmente a dos factores:
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Tasa metabólica más baja: Las mejoras en la calidad de vida, como la alimentación y la salud general, han reducido la cantidad de energía que nuestros cuerpos necesitan para funciones básicas como respirar, filtrar sangre y regular hormonas.
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Reducción de infecciones: Las enfermedades infecciosas como la tuberculosis, que solían elevar la temperatura corporal, son menos comunes hoy gracias a los avances médicos y la prevención.
¿Es hora de redefinir la fiebre?
Tradicionalmente, se considera que una fiebre es cuando la temperatura corporal supera los 37.7°C. Sin embargo, con el descenso de la temperatura corporal promedio, este umbral podría necesitar ser revisado. Shmerling advierte que es esencial tener en cuenta las variaciones individuales y otros factores contextuales al evaluar si alguien tiene fiebre. La fiebre sigue siendo un indicador vital de enfermedades, pero el enfoque para su diagnóstico puede necesitar ajustes.
Conclusión
La temperatura corporal es un indicador más flexible y variable de lo que se pensaba. Factores como la edad, el momento del día, el nivel de actividad y el método de medición influyen en ella. Además, la disminución de la temperatura promedio a lo largo de los años y los avances en salud han modificado nuestro concepto de "temperatura normal". Es esencial considerar estos aspectos para tener una comprensión más precisa de la salud y la fiebre.