La carne es un alimento rico en proteínas y nutrientes esenciales para el cuerpo humano. Sin embargo, consumir carne en mal estado puede ocasionar graves problemas digestivos e incluso enfermedades transmitidas por alimentos.
Muchas veces la carne puede perder propiedades y hasta volverse dañina para la salud, por ello debes saber identificar si la carne está dañada y no se debe comer.
Estas so las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) para reconocer la carne que no es apta para consumo humano.
1. Olor: La carne fresca posee un aroma propio y ligero. Si percibes un olor fétido, agrio o a podrido, es una señal clara de que la carne está descompuesta y no debe ser consumida.
2. Color: El color de la carne fresca varía según el tipo. La carne de res debe ser de un rojo intenso, la carne de cerdo rosada y la carne de pollo de un color blanco o ligeramente rosado. Si observas manchas oscuras, verdosas o amarillentas, la carne está contaminada y no es apta para el consumo.
3. Textura: La carne fresca tiene una textura firme y elástica. Al presionarla con el dedo, debe volver a su forma original. Si la carne se siente pegajosa, viscosa o blanda, indica la presencia de bacterias y no debe ser ingerida.
4. Fecha de caducidad: Es fundamental revisar la fecha de caducidad o de consumo preferente en el empaque de la carne. No consumir carne después de la fecha indicada, ya que aumenta el riesgo de descomposición.
5. Empaque: Observa el estado del empaque de la carne. Si está roto, inflado o presenta fugas, es probable que la carne haya estado expuesta a bacterias y no sea segura para su consumo.
6. Almacenamiento: La carne debe ser almacenada a temperaturas adecuadas. La carne fresca de res, cerdo y pollo debe mantenerse refrigerada a una temperatura de 4°C o menos. La carne congelada debe conservarse a una temperatura de -18°C o menos.
7. En caso de duda: Si tienes dudas sobre el estado de la carne, lo mejor es desecharla. No te arriesgues a consumir carne en mal estado, ya que puede poner en riesgo tu salud.
Recuerda:
- Comprar carne en establecimientos confiables: Busca carnicerías o supermercados que implementen buenas prácticas de higiene y manipulación de alimentos.
- Lavar las manos: Antes y después de manipular carne cruda, lava tus manos con agua tibia y jabón para evitar la contaminación cruzada.
- Cocinar la carne a una temperatura adecuada: Asegúrate de cocinar la carne a una temperatura interna segura para eliminar las bacterias.
- Siguiendo estos consejos, podrás asegurarte de consumir carne fresca y segura, evitando así posibles enfermedades transmitidas por alimentos.
