Un estudio reciente indica que los campos de césped natural presentan un mayor riesgo de conmociones cerebrales para los jugadores jóvenes de fútbol americano en comparación con los campos de césped artificial.
Los atletas que sufrieron conmociones en campos de césped natural reportaron un promedio de más de 10 síntomas, en comparación con aproximadamente seis síntomas en aquellos lesionados en césped artificial. Además, los jugadores en campos de césped natural tuvieron una puntuación promedio de gravedad de los síntomas de conmoción cerebral superior a 26, mientras que para los jugadores en césped artificial fue de menos de 12.
El investigador principal, C. Munro Cullum, profesor de psiquiatría, cirugía neurológica y neurología en el Centro Médico Southwestern de la UT en Dallas, explicó que muchos campos de césped natural, especialmente en el nivel juvenil, podrían estar mal mantenidos y ser más duros que el césped artificial moderno, que ha mejorado significativamente en comparación con los antiguos campos duros.
El estudio analizó datos de 62 jugadores de escuela intermedia, secundaria y universidad, con edades entre 10 y 24 años. Todos los jugadores sufrieron conmociones cerebrales debido a impactos del casco al suelo durante prácticas o juegos y fueron atendidos en una clínica especializada en conmociones cerebrales dentro de los 14 días posteriores a la lesión.
De estos jugadores, 33 se lesionaron en césped natural y 29 en césped artificial. Los investigadores encontraron que siete síntomas principales eran más comunes tras una conmoción en césped natural, incluyendo mareos, visión borrosa, sensibilidad al ruido, sensación de confusión, dificultad para recordar, fatiga y confusión.
Estos hallazgos se publicaron en una edición reciente de la revista Clinical Journal of Sport Medicine. Cullum comentó que, aunque varios estudios previos han mostrado tasas más bajas de conmociones cerebrales en césped artificial en comparación con césped natural, su estudio sugiere que las conmociones en superficies naturales pueden ser más graves y requerir tiempos de recuperación más largos. Los médicos deberían tener en cuenta estas diferencias y considerar la superficie de juego en las evaluaciones de conmociones cerebrales.
Sin embargo, los investigadores señalan que se necesitan más estudios para entender por qué la superficie del campo puede influir en la gravedad de las conmociones. "Contar con más datos sobre el papel de la superficie del campo en la gravedad de las conmociones sería una valiosa adición a nuestro conocimiento clínico", concluyó Cullum.