Por desgracia, el cáncer de páncreas es uno de los padecimientos más letales debido a su complicada detección en etapas tempranas, ya que se origina cuando las células en dicho órgano vital, comienzan a crecer descontroladamente.
Estas células en el páncreas pueden producir tumores malignos que interfieren en las funciones normales del órgano, lo que afecta la digestión y por consiguiente la regulación de la glucosa en el cuerpo.
Lamentablemente, diagnosticar el cáncer de páncreas puede resultar todo un reto, pues durante sus primeras etapas es muy raro que presente síntomas específicos, ya que suelen ser sutiles, por lo que casi siempre se detecta en fases avanzadas
Uno de los síntomas más comunes es el dolor abdominal, que suele describirse con una molestia que se origina en el abdomen y puede irradiar hacia la espalda, pero se intensifica al acostarse y se alivia ligeramente al inclinarse hacia adelante.
Otro indicador del cáncer de páncreas es la ictericia, que se caracteriza por una colación amarillenta en la piel y los ojos ante la acumulación de bilirrubina, sustancia que es producida por el hígado y que se encuentra con la bilis.
Cuando un tumor llega a bloquear el conducto biliar, se impide el flujo normal de bilirrubina hacia el intestino y provoca que se acumule en el cuerpo.
La pérdida de peso inexplicable y la disminución del apetito también son síntomas muy frecuentes en pacientes con cáncer de páncreas, así como la fatiga, ya que se siente cansancio extremo que no desaparece con el descanso.
Las náuseas, cambios en las heces y vómitos, también son síntomas comunes del cáncer de páncreas, incluso la diabetes diagnosticada en adultos que no tienen factores de riesgo también es un signo de alarma.
Sin embargo, estos síntomas no son exclusivos del cáncer de páncreas, por lo que podrían ser indicativos de afecciones menos graves, aunque si se presenta alguno de ellos y es persistente, lo ideal es acudir al médico para una evaluación exhaustiva.
Es importante señalar que el tratamiento del cáncer de páncreas depende de la etapa en la que se encuentre la enfermedad, y entre las opciones está la quimioterapia, cirugía, radioterapia y terapias dirigidas.
