Un estudio transversal realizado en España reveló que las mujeres en periodo perimenopáusico que viven en áreas rurales experimentan una mayor prevalencia de síntomas relacionados con la perimenopausia y una peor calidad de vida en comparación con las que residen en zonas urbanas.
La Dra. Cristina Llaneza Suárez, médica especialista en medicina familiar y comunitaria y primera autora del estudio, comentó a Medscape en español que las mujeres rurales enfrentan mayores dificultades en el acceso a servicios sanitarios, empleo, transporte y en la carga de trabajo para el cuidado de personas dependientes. Estas barreras, según la Dra. Llaneza, pueden representar un desafío adicional durante la perimenopausia, una etapa en la que se producen cambios significativos en la vida de las mujeres, lo que podría llevar a una calidad de vida relacionada con la salud más deteriorada en comparación con las mujeres urbanas.
El objetivo del estudio, liderado por la Dra. Llaneza, era demostrar que las características sociodemográficas influyen en los síntomas de la perimenopausia y en la calidad de vida de las mujeres. La investigación incluyó a 270 mujeres de entre 45 y 55 años, de ocho comunidades autónomas en España, con variabilidad en el ciclo menstrual (duración mayor a 7 días o amenorrea mayor a 60 días pero menor a un año).
El estudio, realizado entre diciembre de 2019 y abril de 2023, utilizó la versión corta de la escala de Cervantes para evaluar la calidad de vida relacionada con la salud y el inventario de depresión de Beck para valorar los síntomas depresivos asociados.
Entre los hallazgos principales, se observó que los factores socioculturales influyen en la percepción de los síntomas perimenopáusicos y que residir en áreas rurales tiene un impacto negativo en las escalas de calidad de vida relacionada con la salud, coincidiendo con estudios anteriores en India, Turquía, Polonia y Perú.
Además, la muestra de mujeres con cambios en el ciclo menstrual y residentes en áreas rurales presentó una alta prevalencia de sofocos (70% en general y 80% en áreas rurales) y una peor calidad de vida en mujeres con obesidad.
A pesar de la peor percepción de la calidad de vida en las mujeres rurales, la Dra. Llaneza se sorprendió al encontrar que la proporción de mujeres con síntomas depresivos, según el inventario de Beck, era similar a la de las mujeres urbanas. También se observó que no había diferencias significativas en la sexualidad o en la relación de pareja.