El uso indebido de antibióticos en México está provocando una crisis sanitaria significativa, con un alto porcentaje de infecciones de garganta tratadas con estos medicamentos a pesar de que solo en un pequeño porcentaje de los casos son necesarios.
Esta práctica, impulsada por la automedicación y las presiones para obtener recetas, está contribuyendo al creciente problema de la resistencia bacteriana, que ha sido descrito como "el tsunami silencioso".
Durante el Foro de Concientización sobre la Resistencia Antimicrobiana, expertos en salud alertaron sobre la gravedad de esta situación. El doctor Sergio Caretta Barradas señaló que muchos mitos, como la creencia de que los antibióticos previenen infecciones o ayudan a una recuperación más rápida, están promoviendo la prescripción innecesaria de estos medicamentos. Esto no solo resulta en tratamientos ineficaces, sino que también aumenta la inmunidad bacteriana, haciendo que las infecciones sean más difíciles de tratar.
A pesar de que la venta ilegal de antibióticos está regulada desde 2010, estas prácticas siguen siendo comunes. El doctor Francisco Saynes advirtió que si no se toman medidas, la resistencia bacteriana podría convertirse en la principal causa de muerte en el mundo para 2050. Según la OMS, ya en 2009, la resistencia antimicrobiana causó casi 5 millones de muertes, y la cifra sigue aumentando.
México enfrenta un desafío importante debido a su baja cultura de prevención y la tendencia a priorizar los tratamientos curativos sobre los preventivos. La OMS considera esta resistencia como una de las diez mayores amenazas para la salud pública global.
Para frenar esta problemática, los especialistas hacen un llamado a la población y a las autoridades para que adopten medidas de prevención, como evitar la automedicación, cumplir con los tratamientos indicados y no presionar a los médicos para obtener antibióticos. Además, se promueve la educación sobre el uso responsable de los medicamentos y la implementación de campañas de concientización masiva.
El esfuerzo conjunto entre autoridades, profesionales de salud y la población es fundamental para evitar que esta crisis se convierta en una amenaza aún mayor para la salud pública mundial.