Los investigadores están trabajando en una nueva aplicación para ayudar a las personas
Un estudio reciente revela que los alimentos "discretos" están introduciendo grasas saturadas y azúcares añadidos incluso en las dietas más estrictas. Aunque las fuentes más evidentes de estos componentes son alimentos como refrescos, queso, pizza, helados, pasteles y tartas, también se encuentran en productos que se consideran saludables, como la pechuga de pollo, los mariscos y ciertos condimentos, como aderezos para ensaladas y salsa de tomate, según la revista Nutrients.
Estas fuentes menos obvias de grasas saturadas y azúcares complican el cumplimiento del objetivo de mantener estas sustancias por debajo del 10% de las calorías diarias recomendadas. El investigador principal, Christopher Taylor, director de dietética médica de la Universidad Estatal de Ohio, destacó que aunque la pechuga de pollo se considera baja en grasas saturadas, aún contiene algunas, lo que contribuye de forma discreta al total de la ingesta de grasas saturadas.
El estudio, que analizó datos de más de 36,000 adultos estadounidenses entre 2005 y 2018, encontró que las grasas saturadas representaban al menos el 12% de las calorías diarias promedio, mientras que los azúcares añadidos constituían entre el 14% y el 16%. Las principales fuentes de grasas saturadas fueron el queso, la pizza, el helado y los huevos, mientras que los azúcares añadidos provinieron de refrescos, té, bebidas de frutas y pasteles.
Además, los investigadores identificaron fuentes menos evidentes de grasas saturadas, como embutidos, cremas no lácteas, papas fritas y leche entera, así como azúcares añadidos en salsa de tomate, barras de cereales, bebidas energéticas y panes de levadura.
El estudio también mostró que diferentes grupos étnicos obtenían grasas saturadas de fuentes específicas: las personas negras, por ejemplo, obtenían una gran parte de sus grasas saturadas del pollo, mientras que las personas asiáticas lo hacían principalmente de nueces y semillas, y también del pescado y mariscos.
El equipo de investigación está desarrollando una aplicación para ayudar a las personas a identificar y evaluar "nutrientes problemáticos" en alimentos que parecen saludables, con el fin de hacer elecciones dietéticas más informadas. "El objetivo es abordar tanto las grandes fuentes evidentes de grasas saturadas y azúcares añadidos como las contribuciones más pequeñas pero acumulativas de alimentos generalmente percibidos como saludables", concluyó Taylor.
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