Alerta UNAM por uso excesivo de bebidas energéticas
El impacto negativo de las bebidas energéticas radica, principalmente, en sus dos ingredientes estrella: la cafeína y el azúcar
REDACCIÓN / EL TIEMPOLas bebidas energéticas se han vuelto inseparables para muchas personas que buscan un impulso extra de energía. Ya sea para sobrellevar una larga jornada laboral, mejorar el rendimiento académico o deportivo, millones recurren a estos productos en busca de esa "chispa" que parece faltar en su día a día.
Sin embargo, detrás de esas latas coloridas y refrescantes se ocultan peligros para la salud que conlleva su consumo habitual. Expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han emitido una clara advertencia sobre los riesgos de estas bebidas, que han ganado popularidad entre los adultos jóvenes en México y en el resto del mundo.
Las bebidas energéticas se promocionan como una solución rápida para combatir el cansancio, la falta de concentración o la necesidad de aumentar el rendimiento físico. Con ingredientes como cafeína, taurina, vitaminas y azúcares en altas dosis, generan un efecto inmediato de alerta en quienes las consumen, disminuyendo la sensación de fatiga y elevando la actividad mental.
**El aparente aumento de energía es engañoso**
Según Mariana Valdés, jefa de la carrera de Nutriología de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza, este incremento temporal de energía puede resultar engañoso. Aunque las bebidas energéticas pueden proporcionar un impulso a corto plazo, las repercusiones para la salud, tanto inmediatas como a largo plazo, son alarmantes. Valdés afirmó en una entrevista para Gaceta UNAM que el consumo regular de estas bebidas puede provocar serios problemas de salud, que van desde trastornos neurológicos hasta afecciones cardiovasculares.
**Los riesgos ocultos de las bebidas energéticas**
El impacto negativo de estas bebidas se debe, principalmente, a sus dos ingredientes principales: la cafeína y el azúcar. Si bien la cafeína estimula el sistema nervioso central, incrementando la alerta y la vigilia, también puede causar nerviosismo, inquietud e irritabilidad, efectos que se agravan con el consumo repetido. Además, la combinación de grandes cantidades de azúcar potencia el efecto estimulante, creando lo que la UNAM denomina un "pico de actividad" que culmina de manera abrupta, provocando una sensación de agotamiento.
Este efecto no solo impulsa a los consumidores a consumir más bebidas para mantener su energía, sino que también eleva el riesgo de desarrollar dependencia. La adicción a las bebidas energéticas es un peligro real, lo que podría dar lugar a un ciclo vicioso de consumo constante y una creciente tolerancia, similar a lo que se observa con otras sustancias estimulantes.
Además, los efectos no son únicamente mentales. La Facultad de Medicina de la UNAM ha advertido que las personas con ansiedad o trastornos similares deben evitar estas bebidas por completo, ya que pueden desencadenar ataques de pánico, agitación, crisis nerviosas e insomnio. Aquellos con problemas de presión arterial o enfermedades cardíacas están en mayor riesgo, ya que el consumo de estas bebidas puede elevar peligrosamente su presión arterial, lo que podría ocasionar ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.
**Más allá de la cafeína: azúcar y obesidad**
El elevado contenido de azúcar en las bebidas energéticas representa otra preocupación significativa. Valdés advierte que su consumo frecuente incrementa el riesgo de enfermedades metabólicas, como diabetes y obesidad, condiciones que ya afectan a un gran porcentaje de la población mexicana. El consumo regular de estas bebidas puede elevar los niveles de glucosa en sangre a cifras peligrosas, agravando aún más estos problemas de salud.
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