Una crisis de salud pública en México se ha desatado debido al aumento en casos de dengue que azota con fuerza el estado de Guerrero, en el sur del país.
De acuerdo con registros sanitarios en lo que va del año, Guerrero ha registrado un total alarmante de 2,371 casos de dengue, una cifra que representa un incremento asombroso de más de 38 veces en comparación con los 62 casos reportados durante el mismo período del año anterior.
Este aumento vertiginoso convierte a Guerrero en responsable de más de un tercio de todos los casos de dengue reportados a nivel nacional este año.
Las autoridades de salud han identificado al puerto de Acapulco como uno de los epicentros de esta crisis. Atribuyen este brote especialmente al impacto del huracán Otis, que azotó la región el 25 de octubre pasado, creando condiciones propicias para la proliferación de los mosquitos transmisores del dengue.
Las autoridades indican que solo el 71 de los casos reportados se consideran severos, advierten sobre el riesgo de una emergencia mayor si no se toman medidas drásticas.
El director de Salud de Acapulco, Aniceto Leguizamo, subraya la importancia de la eliminación de cacharros y la aplicación de medidas preventivas como la fumigación y la abatización.
El problema se agrava con la resistencia y la desconfianza de algunos residentes, quienes impiden el acceso a los trabajadores de salud encargados de las tareas de prevención. Esta resistencia, alimentada por la inseguridad y la desinformación, representa un obstáculo significativo en la lucha contra el dengue.
