Un estudio reciente realizado en Dinamarca ha identificado un aumento significativo en el riesgo de suicidio y autolesiones en personas cuyos padres fallecieron por suicidio, cuando alcanzan la misma edad que tenían sus padres al momento de su muerte.
El informe, publicado en la revista Suicide and Life-Threatening Behaviors, analizó los datos de más de 470,000 daneses entre 1980 y 2016, de los cuales 17,806 tenían padres que murieron por suicidio.
El estudio reveló que cuando estas personas alcanzaron la edad de su padre al momento de su suicidio, su riesgo de suicidio o autolesión se duplicó en comparación con los 15 años anteriores o posteriores. Este aumento del riesgo no se observó en individuos cuyos padres murieron por otras causas.
El equipo de investigación, dirigido por Yanakan Logeswaran del Colegio Universitario de Londres, destacó la importancia de preguntar a las personas en duelo por suicidio sobre la edad en que su padre falleció, ya que este es un periodo de mayor riesgo. Sin embargo, los investigadores también subrayaron que, aunque el riesgo es más alto, el riesgo absoluto de suicidio en estas personas sigue siendo bajo, estimado en menos del 1%.
Este hallazgo refuerza la necesidad de una atención psicológica específica para las personas que atraviesan el duelo por suicidio, con el fin de prevenir riesgos futuros y brindar apoyo en momentos críticos de su vida.