El reciente estudio publicado en el British Journal of Sports Medicine destaca el impacto positivo del ejercicio físico en la longevidad, sugiriendo que un adulto promedio podría ganar hasta cinco años adicionales de vida si aumentara su nivel de actividad.
El análisis, realizado entre personas mayores de 40 años en los Estados Unidos, muestra que aquellos con mayores niveles de actividad física tienen un 73% menos probabilidades de morir por cualquier causa en comparación con los más inactivos.
Para lograr estos beneficios, los adultos menos activos tendrían que incorporar casi dos horas diarias de caminata, alcanzando un total de 2 horas y 40 minutos al día. Este esfuerzo podría traducirse en una ganancia significativa de esperanza de vida: por cada hora extra de caminata, podrían ganar 6,3 horas adicionales de vida.
El estudio también destaca que los beneficios del ejercicio son evidentes hasta cierto límite. Aquellos que ya son muy activos no experimentarían un aumento significativo en su esperanza de vida al agregar más ejercicio. Sin embargo, para la población general, aumentar la actividad física podría aumentar la esperanza de vida de 78,6 a 83,7 años, lo que tendría beneficios tanto para la salud individual como para la sociedad.
Además, el estudio subraya la importancia del diseño urbano para promover la actividad física. Crear ciudades más caminables y aptas para la bicicleta no solo podría mejorar la salud pública, sino también reducir la carga sobre los sistemas de salud y el impacto ambiental.