El consumo de mariguana, metanfetaminas y alcohol es popular en personas de entre 12 y 17 años, lo que afecta su desarrollo
Desde la pandemia de COVID-19, el consumo de sustancias entre niños, jóvenes y adolescentes ha aumentado más del 25%, con el alcohol, la marihuana y las metanfetaminas siendo las más comunes en el grupo de 12 a 17 años. Este aumento ha impactado negativamente su desarrollo.
Un informe reciente de las Naciones Unidas indica que ha habido un incremento aproximado del 26% en el consumo de sustancias en menores. En este contexto, Alejandra Rivera Barrientos, subdirectora de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama) en la región occidente, señaló que los tratamientos en centros de salud mental y adicciones también se concentran en este rango de edad.
Los jóvenes que consumen estas sustancias han mostrado trastornos como depresión, ansiedad y psicosis, además de cambios físicos que les dificultan llevar una vida activa y normal. Rivera Barrientos advirtió que el consumo temprano de drogas interfiere con el desarrollo neurológico, lo que conlleva a problemas en la salud física y mental a una edad más temprana. El desarrollo del sistema nervioso central es crucial para funciones como la toma de decisiones y la regulación emocional, que no se completan adecuadamente.
**Más de 30 mil atendidos**
En el primer semestre de 2024, cerca de 30 mil personas de entre 6 y 18 años han sido atendidas en más de 300 Centros Comunitarios de Salud Mental y Adicciones en todo el país, siendo la Ciudad de México, el Estado de México y Guanajuato las áreas con más casos. Rivera Barrientos enfatizó la importancia de observar el comportamiento de los jóvenes para evitar un aumento en estas cifras.
**Alertas ante posible consumo**
Los padres y cuidadores deben estar atentos a ciertos signos de comportamiento que pueden indicar consumo de sustancias, tales como:
- Cambios de ánimo o depresión.
- Actitudes agresivas o irritables.
- Aislamiento social.
- Alteraciones en los patrones de sueño.
- Pérdida de interés en actividades.
- Bajo rendimiento escolar o ausencias frecuentes.
- Cambios en las amistades.
- Comportamiento deshonesto o errático.
**Signos físicos de consumo**
Además, el estado físico del joven puede reflejar el consumo de sustancias. Algunos signos a observar incluyen:
- Pérdida de peso repentina.
- Dolores de cabeza persistentes.
- Cambios en las pupilas (dilatadas o contraídas).
- Temblores o manos frías y sudorosas.
- Hemorragias nasales o secreción constante.
- Ojos vidriosos o llorosos.
- Mal estado de higiene.
- Temblores o marcas de agujas.
Si se presentan uno o varios de estos síntomas, es crucial acudir a un Centro Comunitario de Salud Mental y Adicciones para recibir atención adecuada. En caso de emergencia, se debe contactar a la Línea de la Vida.
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