Se estima que cerca de 2.4 millones de estadounidenses padecen dolor y discapacidad debido al trastorno inflamatorio intestinal (EII), que incluye condiciones autoinmunes como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn.
El Dr. Victor Chedid, gastroenterólogo y especialista en EII de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, sugiere que es posible prevenir el aumento de estas cifras siguiendo algunos pasos simples para mantener un intestino saludable.
El Dr. Chedid dividió sus recomendaciones en cuatro áreas principales:
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Alimentación adecuada
Para mantener un sistema gastrointestinal sano, se recomienda seguir la dieta mediterránea, conocida por sus beneficios para la salud cardiovascular y el control del peso. Este tipo de dieta incluye alimentos ricos en fibra, como verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, nueces y semillas, además de aceite de oliva. Se aconseja consumir entre 30 y 40 gramos de fibra diariamente.
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Actividad física
El ejercicio no solo beneficia al corazón, los músculos y los pulmones, sino que también ayuda a mantener el sistema inmunológico y el tracto digestivo en buen estado. Chedid sugiere incorporar ejercicio regular a la vida diaria, eligiendo cualquier actividad que se adapte a tus preferencias y estilo de vida.
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Salud mental
El estrés puede afectar significativamente la salud intestinal, y el cerebro tiene una influencia directa sobre el intestino. Según Chedid, las personas que han experimentado trauma en la infancia o en la vida adulta tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas gastrointestinales como el síndrome del intestino irritable, dispepsia funcional, disfunción del suelo pélvico y estreñimiento.
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Hidratación
El agua es fundamental para el buen funcionamiento del tracto digestivo, por lo que Chedid recomienda beber al menos 64 onzas (8 tazas) de agua al día. La hidratación es crucial para mantener la regularidad intestinal y es especialmente importante en climas cálidos.
El Dr. Chedid destaca que prestar atención a estos factores es clave para mantener una buena salud intestinal. En caso de desarrollar EII, existen tratamientos disponibles, aunque no hay cura definitiva. La cirugía y una variedad de medicamentos, incluyendo antiinflamatorios, supresores del sistema inmunitario, biológicos y antibióticos, pueden ayudar a controlar la enfermedad y lograr la remisión.
Los pacientes con EII a menudo enfrentan síntomas como diarrea o sangrado rectal, y el estigma asociado a estos problemas puede dificultar la búsqueda de ayuda. Aquí es donde el apoyo de familiares y amigos resulta crucial. "Es importante estar presente para ellos, entendiendo que no siempre estarán en su mejor momento. Habrá momentos difíciles, pero el apoyo constante es esencial," concluyó Chedid.