La patogénesis del trastorno del espectro autista tiene un fuerte componente genético muy complejo y diverso.
Puede ir desde una única variación genética, suficiente para desencadenar el trastorno del espectro autista, hasta una combinación de numerosas variaciones raras, cada una de las cuales no tiene un efecto significativo por sí sola, pero que juntas son responsables de rasgos autistas o incluso del trastorno del espectro autista. Estas variaciones se han identificado en más de 200 genes. El problema es identificar qué combinaciones y modulaciones son responsables de la mayor o menor intensidad de los síntomas. El equipo del laboratorio de Genética Humana y Funciones Cognitivas del Instituto Pasteur ha iniciado lo que denomina una "laboriosa tarea "consistente en comparar los datos genéticos de 13.091 pacientes diagnosticados de trastorno del espectro autista, procedentes de diversas cohortes europeas, con los de una muestra de 226.649 individuos de la población general sin diagnóstico de trastorno del espectro autista. Los resultados de su trabajo se han publicado en la revista Nature Medicine.
Thomas Rolland, primer autor de la publicación, explica: "Nos interesaban las variantes raras en una lista de 185 genes, que se conoce que están fuertemente asociados con el trastorno del espectro autista. Y efectivamente, encontramos estas variantes en el 4 % de las personas con trastorno del espectro autista". Lo que nos sorprendió fue el descubrimiento de estas mismas variantes en el 1 % de los individuos no diagnosticados. ”Esto sugiere", añade Thomas Rolland, "que es necesaria una combinación de otros factores, tanto genéticos como ambientales, para el desarrollo de un trastorno del espectro autista". Así pues, el equipo cruzó datos de personas que podían o no haber sido diagnosticadas de trastorno del espectro autista, pero que eran portadoras de las variantes identificadas, con información médica, cognitiva y socioeconómica sobre estos individuos.
Una vez más, los resultados fueron sorprendentes. Como explica Richard Delorme, profesor de la Université Paris Cité, jefe del Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Hôpital Robert-Debré AP-HP e investigador del equipo Pasteur, "las variantes parecen afectar al rendimiento cognitivo de las personas sin diagnóstico de trastorno del espectro autista que las portan, así como a su nivel de estudios, con menores niveles de cualificación, a su nivel de ingresos, con salarios netos más bajos, y a sus condiciones materiales de vida". Además, parece que los hombres son más sensibles que las mujeres a las variantes de efecto leve para el trastorno del espectro autista.
Este trabajo apoya un enfoque global del trastorno del espectro autista, que combina estudios genéticos y medioambientales. Para el equipo que lo ha llevado a cabo, los resultados son "solo la punta del iceberg, ya que solo representan un pequeño porcentaje de los casos de trastorno del espectro autista identificados". Para proseguir la investigación, se ha creado recientemente en el hospital Robert-Debré (AP-HP) un instituto hospitalario universitario, inovAND, y se ha puesto en marcha un estudio internacional (R2D2-MH), con financiación de la Comisión Europea.