En un nuevo argumento en la disputa sobre la prudencia del tratamiento "puente" temprano con glucocorticoesteroides para el manejo de la artritis reumatoide, investigadores neerlandeses plantearon en un nuevo metanálisis que la Guía del American College of Rheumatology (ACR) es demasiado cauta.[1]
En el estudio, publicado en Annals of the Rheumatic Diseases, se examinaron tres ensayos aleatorizados de tratamiento puente frente a tratamiento no puente.[1] Los hallazgos "subrayan los beneficios del tratamiento puente y demuestran que los que hacen puente no utilizan más glucocorticoides tras el periodo de puente previsto, en comparación con los que no lo hacen, durante un seguimiento de 2 años", declaró en una entrevista la coautora del estudio, Sytske Anne Bergstra, Ph. D., investigadora posdoctoral del Leiden University Medical Centre, en Leiden, Países Bajos.
Sin embargo, un investigador estadounidense que ayudó a crear la Guía del American College of Rheumatology publicada en el 2021 reaccionó impasible al nuevo estudio. "Esta publicación no ha hecho nada para calmar mis inquietudes", dijo en una entrevista el Dr. Joel Kremer, fundador y presidente de la CORRONA Research Foundation (CRF) y profesor emérito de medicina en el Albany Medical College, en Nueva York, Estados Unidos.
La cuestión es si los pacientes con artritis reumatoide incipiente deben tratarse temporalmente con glucocorticoesteroides para proporcionarles un alivio rápido. La guía del American College of Rheumatology de 2021 sobre el manejo de la artritis reumatoide afirma que los glucocorticoesteroides a corto plazo no deben "prescribirse sistemáticamente", pero señala que siguen siendo "frecuentemente necesarios para aliviar los síntomas" antes de administrar tratamientos modificadores de la enfermedad.[2] La guía añade que "estas recomendaciones se hicieron en reconocimiento de la frecuente dificultad para disminuir los glucocorticoesteroides, lo que lleva a un uso prolongado indeseable y a la creciente evidencia de su impacto negativo en los resultados a largo plazo para los pacientes, incluido el riesgo de infección, osteoporosis y enfermedad cardiovascular, en la artritis reumatoide y otras enfermedades reumáticas".
Por su parte, en sus recomendaciones de 2022, la European Alliance of Associations for Rheumatology (EULAR) afirmó que los glucocorticoesteroides a corto plazo "deben tenerse en cuenta al iniciar o cambiar los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad, en diferentes esquemas de dosis y vías de administración, pero deben reducirse de forma gradual y suspenderse tan rápido como sea clínicamente factible".[3]
Los miembros del equipo neerlandés responsable del nuevo metanálisis han sido partidarios del tratamiento "puente". Para el nuevo informe, analizaron tres estudios, incluido uno dirigido por un miembro del equipo. Cada estudio tenía al menos un grupo de pacientes con artritis reumatoide aleatorizados al tratamiento puente con glucocorticoides. Los pacientes también tomaban fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad.
Hubo 252 pacientes en los grupos del estudio que empezaron con el puente (edad promedio: 52 años; 68% mujeres) y otros 373 pacientes (edad promedio: 53 años; 67% mujeres) estudiados.