Las residencias de mayores son lugares donde se acumulan muchos pacientes con enfermedades de base y comorbilidades en las que la trasmisión de microorganismos entre los residentes y sus cuidadores es frecuente. Para mitigar este problema acaba de presentarse la primera guía avalada por 14 sociedades científicas e impulsada por la Fundación de Ciencias de la Salud.
El documento incluye recomendaciones para prevenir las principales infecciones que se transmiten en las residencias, así como medidas a implementar, formas de cuantificar la realidad de los distintos problemas y seguimiento del impacto de las medidas establecidas.
“Las residencias de mayores deben ser lo más parecido a un hogar, pero la realidad es que coinciden muchas personas con enfermedades de base y la transmisión de infecciones es frecuente. Sorprendentemente, no hemos encontrado una guía a nivel nacional ni internacional para evitar las infecciones en las residencias. Por eso hemos elaborado esta, con recomendaciones para prevenir determinadas infecciones, que ya se está haciendo llegar a todas las residencias de España”, explica a Univadis España el doctor Emilio Bouza Santiago, investigador en el Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón (Madrid), profesor emérito por el rectorado de la Universidad Complutense, emérito asistencial por el Gobierno de la Comunidad de Madrid y autor principal de la guía.
Este especialista señala que es un documento de mínimos para que las residencias que deseen crear un plan tengan una orientación de cómo hacerlo y destaca la importancia de la figura del coordinador: “Es necesario que exista esta figura pero hay que entender que en muchas residencias no hay médico ni enfermera, que serían los responsables de llevar a cabo el plan de prevención, en su defecto, podría ser un trabajador de la residencia que escribiera el plan de prevención, revisara los parámetros de control de la infección con el personal de la residencia y llevara el registro de las vacunas de los residentes, entre otras funciones”.
Importante para Atención Primaria
La nueva guía es una herramienta para controlar la transmisión de infecciones, algo que repercute positivamente en Atención Primaria. “Nos facilita el trabajo a los médicos de Atención Primaria porque es una forma de contener las infecciones en una población que acumula muchas patologías. Hay que tener en cuenta que lo que más nos hace trabajar dentro de las residencias son las infecciones”, declara a Univadis España la doctora Juliana Cabrera, miembro del Grupo de Trabajo de IMVAP (Infecciosas, Migrantes, Vacunas y Actividades Preventivas), de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).
Entre las infecciones más frecuentes, la doctora señala a las de orina, las respiratorias, las gastrointestinales y las de la piel. “Las que más vemos con diferencia son las de orina y son prevenibles porque suelen responder a factores evitables: que no se cambian los pañales con frecuencia, que se pone menos atención a la limpieza, o a la mala utilización de la sonda. Y en esto sí podemos actuar para evitar las infecciones de repetición y las resistencias a los antibióticos”, añade.
Entre las recomendaciones que plantea el documento se encuentra la limpieza y desinfección de superficies, así como la vajilla y la cubertería tras su uso; la existencia de un espacio para el almacenamiento provisional de desechos en cubos cerrados; estrategias básicas para la prevención de infecciones de orina, centradas en la manipulación de las sondas, y de las de piel: mantener la piel limpia y seca para limitar su exposición a la humedad, la orina y las heces, usar cremas de barrera de humedad para proteger la piel de la orina y las heces, cambiar la ropa de cama y la del residente con la frecuencia necesaria, prestar atención a los botones de la ropa y las arrugas en las sábanas que puedan irritar la piel y el cambio frecuente del pañal (al menos, 2 veces por turno).
En cuanto a la prevención de las infecciones gastrointestinales, hace hincapié en el control del consumo de antibióticos como la medida más importante para evitarla, recomendando que todos los centros tengan un registro de los residentes que se encuentren en tratamiento antibiótico, así como la revisión de la duración del mismo y evitar el uso de tratamiento antibiótico empírico, es decir, aquel que se inicia antes de disponer de información completa y/o definitiva sobre la infección que se desea tratar.
Asimismo, la guía recomienda un sistema de evaluación periódica del estado de vacunación de los residentes y trabajadores por parte de las residencias, ya que destaca la vacunación como una de las estrategias más importantes en la prevención de las enfermedades infecciosas. “El control fundamental de la infección respiratoria reside en la vacunación, además del aislamiento del paciente con infección y el uso de mascarillas”, insiste Emilio Bouza. En cuanto a la ventilación, este especialista explica que no hay ninguna recomendación especial en las notas oficiales sobre una determinada calidad del aire. “Existe una recomendación universal de que haya una ventilación y que el aire se renueve, pero no hay una recomendación específica sobre cómo hacerlo, cuántos minutos ventilar o cuánto volumen de aire debe entrar, ni siquiera en hospitales. La ventilación en una residencia de mayores no es un tema de particular relevancia, no es algo que creamos que haya que cambiar ahora”, finaliza.
