El café, una de las bebidas más apreciadas en todo el mundo, no solo es un placer para los sentidos, sino que también puede ser un aliado sorprendente para nuestra salud cerebral, según investigaciones recientes.
Los granos de café son ricos en trigonelina, un compuesto que activa antioxidantes esenciales para proteger los vasos sanguíneos del cerebro. Además de proporcionar energía gracias a la cafeína, se ha descubierto que el café tiene impactos positivos en la memoria y la salud en general.
Un estudio innovador de la Universidad de Tsukuba, Japón, reveló que la trigonelina mejora las funciones cognitivas, mientras que otra investigación publicada en Frontiers in Behavioral Neuroscience señala que el café aumenta la conectividad en áreas clave del cerebro involucradas en la memoria de trabajo y el control cognitivo.
La Dra. Uma Naidoo, psiquiatra nutricional de la Escuela de Medicina de Harvard, enfatiza tres puntos cruciales sobre el café y sus beneficios cerebrales. Primero, los micronutrientes del café actúan como defensores contra los radicales libres. Segundo, la trigonelina activa antioxidantes que protegen los vasos sanguíneos cerebrales. Y tercero, la cafeína aumenta la serotonina y la acetilcolina, estimulando el cerebro y estabilizando la barrera hematoencefálica.
La experta subraya la importancia de consumir café de manera responsable, recomendando de dos a cuatro tazas al día para obtener sus beneficios. A pesar de los mitos sobre los posibles efectos negativos del café en la salud, Naidoo destaca sus numerosas ventajas y su impacto positivo en la memoria.
Además, el café no solo es una bebida matutina que impulsa la energía y el estado de ánimo, sino que también puede ser parte de una rutina que mantiene el cerebro en óptimas condiciones. Sin embargo, se advierte sobre la importancia de no excederse en el consumo y de evitar el café sin filtrar, que puede contener aceites naturales perjudiciales para la salud arterial cerebral.
Para maximizar los beneficios del café, se sugiere no exagerar en la cantidad, observar cómo afecta el cuerpo y la mente, incluirlo en la rutina matutina para asociarlo con un estímulo positivo y, siempre que sea posible, prepararlo en casa para evitar químicos indeseados.
