Misofonía: el uso de la psicoterapia para combatir los sonidos desagradables
AGENCIAS / EL TIEMPOAlguien sale corriendo de la habitación hecho una furia porque le resulta insoportable la forma en que su padre respira o su novia muerde una manzana: este fenómeno, denominado misofonía, no es nada raro, según señalan estudios recientes. Como este comportamiento se suele producir en el círculo familiar o en la pareja, desencadena inevitablemente conflictos.
Dos publicaciones y un página web presentan la ayuda médica disponible para los afectados.
La misofonía es un trastorno psicológico en el que los sonidos humanos ordinarios provocan ira y malestar intenso. Por el momento no existe un tratamiento establecido, según aclaran la Dra. Cornelia Schwemmle, especialista en foniatría y pediatría de la Clínica Universitaria de Otorrinolaringología de Magdeburgo, y colaboradores.Un rayo de esperanza: los estudios y la práctica apoyan los enfoques neuromoduladores, especialmente la terapia cognitivo-conductual.
No hay mejoría sin tratamiento
Es aconsejable recurrir a este tipo de ayudas, sobre todo en el caso de los niños, porque no se puede esperar que la misofonía "desaparezca" sin tratamiento. Así lo señala el psicoterapeuta alternativo Andreas Seebeck, que ha adquirido experiencia con la misofonía en su familia y ofrece información sobre todos los aspectos en una página web.
Como primer paso, los médicos de Magdeburgo recomiendan la visita a un otorrinolaringólogo para aclarar las posibles alteraciones auditivas, los acúfenos, las neuropatías auditivas y los parámetros psicoacústicos. Además, la evaluación psiquiátrica y neurológica es importante, ya que los trastornos concomitantes suelen ser la base o el cofactor de la misofonía. La investigación han encontrado una larga lista de comorbilidades: tinnitus, hiperacusia, migraña, esquizofrenia, depresión, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastornos del espectro autista, postraumáticos, bipolares, de la alimentación, límites, de ansiedad y obsesivo-compulsivos. También existe el caso en un paciente con síndrome de Tourette.
La sinceridad es la mejor estrategia
Adquirir un buen conocimiento del trastorno y de las estrategias de afrontamiento también ayuda a los pacientes. En principio, Seebeck les aconseja que nombren la misofonía abiertamente. Así: "Sufro un trastorno neurológico llamado misofonía. Ruidos bastante normales actúan como desencadenantes y provocan en mí un reflejo desagradable y sentimientos extremadamente negativos, como una descarga eléctrica".
En una situación aguda, estas personas podrían explicar: "Sorber/bostezar/aclararse la garganta, etc. es un desencadenante para mí. Cuando lo oigo, pierdo el control". Deben evitarse acusaciones como: "Me vuelves loco cuando mueves las piernas de esa manera" o "Odio que tragues cuando bebes".
Una página web ofrece consejos para la vida diaria
- Crear un oasis libre de desencadenantes, posiblemente utilizando tapones para los oídos o auriculares insonorizados o equipados con "cancelación de ruido".
- Cuidar la salud y el bienestar, ya que esto reduce la misofonía.
- Alejarse de la fuente de malestar, ya que intentar tolerar la misofonía solo la empeorará.
- Enmascarar o contrarrestar el desencadenante con ruido de fondo, por ejemplo, música, fuentes de interior, ventiladores o generadores que produzcan el llamado ruido blanco o rosa o incluso salpicaduras de lluvia. Esto se debe a que los síntomas parecen ser más fuertes cuando solo se oye el factor desencadenante.
- Utilizar enmascaradores de tinnitus con moldes personalizados que generen sonidos ambientales o a medida.
- Reviar la actitud y tomar conciencia de que la generación del factor desencadenante no es un ataque y, por lo tanto, intentar no culpar a los demás.
- Distraerse con una idea, recitar un poema internamente, ser consciente de los ruidos propios.
- Elaborar planes de acción para la familia, combinados con la petición de que se abstengan de emitir los sonidos desagradables.
Las psicoterapias están muy por delante de la medicación
¿Qué intervenciones se han probado? Seth Andrew Mattson, del Baylor College of Medicine de Houston/Texas, y sus colaboradores las han analizado a fondo. En una búsqueda en bases de datos, encontraron un ensayo controlado aleatorizado y un ensayo abierto, así como 31 informes de casos, 23 de ellos sobre psicoterapia, 6 sobre medicación, y 2 en los que se habían utilizado ambas.
La terapia cognitivo-conductual fue la más utilizada, en 15 informes de casos. Esta demostró ser eficaz para las jóvenes, pero también para las familias junto con la formación de los padres.
El objetivo es reforzar el control cognitivo reduciendo la percepción selectiva y la evaluación negativa. Para ello, las pacientes identifican patrones problemáticos en sus pensamientos, sentimientos y comportamientos junto con el terapeuta y buscan estrategias más adecuadas.
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