Lesiones musculares: ¿cómo reconocerlas y cómo tratarlas?
AGENCIAS / EL TIEMPOEn Alemania, más de 20 millones de personas practican deporte con regularidad y unos 13 millones de niños reciben educación física en la escuela. Cada año, el 5 % de quienes practican deporte se lesionan de tal manera que necesitan atención médica. Las lesiones musculares figuran entre las lesiones deportivas más frecuentes, informa el Dr. Markus-Johannes Rueth Jefe de la Clínica del Deporte, Clínica de Ortopedia y Cirugía Traumatológica, Klinikum Fichtelgebirge, y médicos deportivos en un reciente artículo.
La mayoría son contusiones y desgarros musculares
Más del 90 % de las lesiones musculares en el deporte son contusiones y desgarros, según Rueth y sus coautores. Las contusiones musculares agudas, más frecuentes en los deportes de contacto, se producen cuando el músculo experimenta "una fuerte fuerza de compresión repentina, por ejemplo, un golpe directo en el músculo".
Los desgarros musculares agudos, según los autores, son más probables en los deportes de sprint y salto. Los desgarros suelen estar causadas por una sobrecarga traumática, repentina excesiva o crónica y por descoordinación muscular. En la mayoría de los casos, la sobrecarga, la fuerza aplicada externamente se encuentra con un músculo tenso que cede en longitud. El estiramiento excesivo de las fibras musculares, con la consiguiente rotura, suele producirse cerca de la unión miotendinosa. Según los autores, los desgarros musculares afectan principalmente a los músculos superficiales de doble articulación, como el recto femoral, el semitendinoso y el gastrocnemio. Las lesiones musculares crónicas, causadas por microtraumatismos frecuentes o uso excesivo crónico, se producen sobre todo en adolescentes y deportistas de resistencia.
A ser posible, sin pruebas complementarias dolorosas
Para el diagnóstico de las lesiones musculares agudas, es necesaria una anamnesis exhaustiva del suceso lesivo y una exploración clínica con inspección y palpación de los músculos, así como pruebas funcionales con y sin resistencia. Durante la anamnesis, es importante preguntar si el grupo muscular afectado ha causado molestias anteriormente o si se ha sufrido una lesión similar con anterioridad. Esta información es relevante porque los músculos ya dañados o las cicatrices en el tejido muscular pueden presentar un gran riesgo de volver a lesionarse. Durante el examen clínico es aconsejable, entre otras cosas, evitar las exploraciones dolorosas para no provocar nuevas hemorragias.
Diagnóstico radiológico
Los procedimientos de diagnóstico por imagen desempeñan un papel importante. La gravedad de una lesión muscular determinada radiológicamente tiene una influencia decisiva en la planificación del tratamiento. La ecografía y la resonancia magnética son los dos procedimientos más importantes.
Según el radiólogo Rafael Heiß y sus compañeros, la ecografía bidimensional es un método económico y de fácil acceso para el diagnóstico inicial de las lesiones musculares. La resonancia magnética sigue considerándose la prueba de referencia, ya que permite registrar morfológicamente con precisión la extensión de la lesión. La resonancia es superior a la ecografía, especialmente en el diagnóstico de lesiones musculares de bajo grado y en la determinación de la extensión exacta de la lesión. Sin embargo, "el momento exacto para reanudar la carga durante el proceso de curación no puede predecirse con la resonancia". En concreto, todavía no existen procedimientos de diagnóstico por imagen para determinar de forma objetiva los criterios de "vuelta al deporte" y la evaluación individual de las capacidades de carga y entrenamiento.
Según Rueth y sus colaboradores, la radiografía sigue siendo un método de diagnóstico probado para sospechar lesiones óseas concomitantes o para aclarar la miositis osificante.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento agudo sigue la conocida regla RICE por sus siglas en inglés (reposo, hielo, compresión, elevación). El tratamiento conservador posterior consiste en fisioterapia, ejercicios para estabilizar el tronco, terapia manual, electroterapia, terapia con ultrasonidos, terapia con ondas de choque focalizadas, estiramientos y kinesiotaping. Las inyecciones de procaína u otros anestésicos locales, posiblemente en combinación con un esteroide o plasma rico en plaquetas, también forman parte de los procedimientos utilizados en medicina deportiva. También se utilizan antiinflamatorios no esteroideos (AINE), tratamientos homeopáticos y agentes fitoterapéuticos. Rara vez se indican medidas quirúrgicas. Las indicaciones incluyen, por ejemplo, grandes hematomas y roturas, así como un síndrome compartimental amenazante.
¿Cuándo se puede volver a hacer deporte?
Según los autores, la decisión de reanudar el entrenamiento específico del deporte suele tomarse demasiado pronto. Según Rueth y sus compañeros, dos métodos sencillos y favorables facilitan el momento adecuado: "en primer lugar, la capacidad del músculo lesionado para estirarlo del mismo modo que el sano del lado contralateral y, en segundo lugar, el uso sin dolor del músculo lesionado en movimientos sencillos". Si se cumplen estas dos condiciones, se puede dar el alta para una reincorporación gradual al entrenamiento deportivo específico. Los médicos deportivos dan las siguientes recomendaciones básicas:
1. Fortalecimiento de los músculos: el entrenamiento de carrera en la gama aeróbica suele ser posible al cabo de un día.
2. Músculos doloridos: el entrenamiento aeróbico de carrera suele ser posible al cabo de un día.
3. Tirón muscular: el entrenamiento aeróbico de carrera suele ser posible al cabo de uno o dos días.
4. Rotura de fibras musculares: el entrenamiento de carrera aeróbico suele ser posible al cabo de cinco días.
5. Desgarro del haz muscular: el entrenamiento de carrera aeróbico suele ser posible después de cuatro o cinco semanas.
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