Fallece un hombre al dispararse el arma oculta que introdujo en el interior de un escáner de resonancia magnética
Un abogado brasileño falleció el pasado mes de enero víctima de un disparo accidental. Lo inusual es que el disparo fortuito se produjo en el interior de un escáner de resonancia magnética al que el hombre, que era activista en pro de las armas de fuego, accedió con una pistola oculta.
El suceso, que perfectamente podría ser candidato a un premio Darwin, sucedió en el Laboratorio Cura de Sao Paulo al que Leandro Mathias, un abogado brasileño de 40 años, acudió el pasado 16 de enero para practicarse una MRI o escáner de resonancia magnética acompañado de su madre. Según informa CNN Brasil, los responsables del centro informaron al paciente de la necesidad de que se quitara cualquier objeto metálico antes de entrar en el tubo del escáner. Sin embargo, Mathias desobedeció estas instrucciones y se tumbó en la camilla portando una pistola oculta que llevaba sujeta a la cintura. Los potentes campos magnéticos que genera el escáner hicieron el resto. El arma salió volando de su escondite y se disparó, hiriendo gravemente a su portador en el estómago. La víctima falleció el pasado día 6 de febrero tras cerca de dos semanas luchando por su vida en el hospital.
Responsables del Laboratorio Cura se han apresurado a confirmar que el personal del centro informó debidamente de los protocolos necesarios antes de entrar en el escáner. De hecho, tanto Leandro Mathias como su madre firmaron un documento en el que reconocían que se les informaba de la necesidad de que retiraran los objetos metálicos, por lo que no se prevé que se tomen medidas legales o disciplinarias contra el centro. Mathias era un conocido activista en pro de la tenencia y uso de las armas de fuego. Su canal de TikTok tenía unos 7.500 seguidores en el momento de su muerte. En él explicaba las ventajas de tener armas de fuego.
Los escáneres de resonancia magnética funcionan proyectando sobre el paciente campos magnéticos que fuerzan a los protones del agua en nuestras células a alienarse con este campo. Cuando el campo cede, los protones se realinean y la velocidad a la que lo hacen se mide para generar detalladas imágenes en 3D del interior del organismo sin necesidad de someter al paciente a ninguna forma de radioactividad.
Los campos magnéticos que genera un MRI, sin embargo, son suficientes como para mover y tirar con fuerza de objetos metálicos, por lo que los pacientes que entrar en uno de estos aparatos no pueden llevar accesorios como piercings o empastes metálicos.
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