El tipo de sal que debes elegir para cocinar y cuidar la salud
La sal es una de las especias más comunes y utilizadas en todo el mundo. Se utiliza para dar sabor a los alimentos, pero también tiene otros beneficios, como regular la presión arterial y el equilibrio de fluidos en el cuerpo.
Sin embargo, el consumo excesivo de sal puede ser perjudicial para la salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los adultos consuman menos de 5 gramos de sal al día (una cucharadita de té).
Hay muchos tipos diferentes de sal, cada uno con su propio sabor y contenido de sodio. Algunas de las sales más comunes son:
La sal refinada o común es la más utilizada. Está compuesta por cloruro sódico, entre el 97 y el 99 %. Al estar tan refinada no contiene impurezas y es pobre en nutrientes.
Por su parte, la sal marina se extrae con la evaporación del agua del mar, no está refinada y posee más oligoelementos y minerales. Además, es rica en yodo, lo cual es positivo para el organismo. La flor de sal marina contiene un 10 % menos de sodio que la sal común.
Asimismo, la sal rosa del Himalaya también tiene menos sodio, pero contiene otros minerales como el magnesio y potasio. La sal céltica o sal gris también es baja en sodio y rica en otros minerales. Existe también la denominada sal light o de bajo contenido en sodio, que contienen un 50 % menos de sodio.
Por último, la sal de potasio no tiene sodio (o en muy poca cantidad). Sin embargo, aunque este tipo parezca una solución al exceso de sal, su uso debe ser recetado por un facultativo médico.
La mejor sal para cocinar es aquella que tenga un sabor agradable y un contenido de sodio bajo. Si estás buscando una sal que sea saludable, las sales marinas, las sales del Himalaya y las sales celtas son buenas opciones.
Sin embargo, es importante recordar que cualquier tipo de sal puede ser perjudicial si se consume en exceso. Por lo tanto, es importante controlar la cantidad de sal que agregas a tus alimentos.
Aquí tienes algunos consejos para reducir el consumo de sal:
Lee las etiquetas de los alimentos y elige aquellos que tengan un bajo contenido de sodio.
Evita los alimentos procesados y envasados, ya que suelen ser ricos en sal.
Cocina tus propios alimentos y añade poca sal durante la cocción.
Utiliza hierbas y especias para dar sabor a tus alimentos en lugar de sal.
Bebe mucha agua, ya que ayuda a eliminar el exceso de sodio del cuerpo.
Siguiendo estos consejos, puedes reducir tu consumo de sal y mejorar tu salud.
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