En un estudio francés con fumadores y exfumadores, se observó que algunos factores que predicen el éxito de la deshabituación tabáquica son comunes a hombres y mujeres, como la motivación y la ausencia de consumo de cannabis.
Pero muchos otros factores son específicos de cada sexo, como el perfil sociodemográfico, el consumo de drogas asociado y el entorno social. Algunos también influyen de forma específica en el riesgo de recaída tras la abstinencia.
Los autores creen que "estas variables podrían utilizarse para adaptar las intervenciones para la deshabituación tabáquica en función del sexo o el género, (...) y para diseñar y luego probar dichas intervenciones específicas".
En numerosos estudios se ha demostrado que el tabaquismo, la adicción al tabaco y la deshabituación tabáquica tienen características específicas en función del sexo. Esto se debe principalmente a la neurobiología de la adicción, en particular a la implicación del estradiol en el sistema de recompensa. A las mujeres les resulta más difícil dejar de fumar y suelen recibir menos apoyo, a pesar de que sufren más presión social. En este contexto, se desconoce si los factores que predicen el éxito de la abstinencia difieren en función del sexo. Con el fin de obtener un entendimiento global de estos factores, los autores utilizaron los datos de una gran encuesta francesa.
DePICT (Description des Perceptions, Images, et Comportements liés au Tabagisme) fue una encuesta telefónica nacional en la que participaron adultos de 18 a 64 años que eran fumadores actuales o exfumadores, habituales u ocasionales. Se les preguntó sobre la frecuencia del consumo de tabaco, los aspectos sociodemográficos, los consumos asociados (cigarrillos electrónicos, alcohol, cannabis), el apoyo social que tenían (amigos, familia y su opinión sobre el tabaquismo) y la percepción personal del tabaquismo.
Un total de 2.377 pacientes respondieron a la encuesta: de las mujeres (n = 1.040), el 52,4 % nunca había conseguido dejar de fumar, el 31,8 % había conseguido dejarlo durante al menos 6 meses y el 15,8 % lo había dejado completamente. Estas cifras eran del 64,3 %, el 20,3 % y el 15,4 % respectivamente entre los hombres (n = 1.337). En ambos sexos, la importancia concedida a no fumar, fumar más de diez cigarrillos al día antes de dejar de fumar y vivir con un no fumador se asociaron con el éxito de la deshabituación tabáquica.
Entre los factores sociodemográficos, las mujeres que habían empezado a fumar después de los 17 años tenían la mitad de probabilidades de conseguir dejar de fumar, pero también menos probabilidades de recaer si lo conseguían (odds ratio [OR] 0,51 [0,33-0,79] y OR 0,71 [0,51-0,98]). Los que tenían un nivel de estudios alto tenían entre dos y cinco veces más probabilidades de dejar de fumar que los demás, pero también más probabilidades de recaer después (OR 2,27 [1,25-4,14] y 1,64 [1,08-2,49] respectivamente para los que tenían 2 o más años de estudios superiores, y 5,02 [2,57-9,77] y 2,13 [1,32-0,45] respectivamente para los que tenían 3 o más años de estudios superiores). En el caso de los hombres, las probabilidades de éxito se asociaron a estar empleado (OR 1,86 [1,20-2,89]).
El consumo concomitante de sustancias se asoció a un menor riesgo de éxito en las mujeres: alcohol (al menos 2 veces/semana OR 0,50 [0,28-0,88]), consumo de cigarrillos electrónicos (OR 0,24 [0,16-0,37]) o consumo de cannabis en el último año (OR 0,09 [0,02-0,46]). Los hombres que consumían sustitutos de la nicotina o cannabis también tenían entre un 40 y un 60 % menos de probabilidades de sufrir síndrome de abstinencia (OR 0,61 [0,41-0,90] y OR 0,37 [0,21-0,67] respectivamente). También tenían casi la mitad de probabilidades de recaer (OR 0,48 [0,31-0,72]). La opinión de amigos y familiares sobre el tabaquismo se asoció positivamente con el éxito del abandono solo en los hombres.