Desempleo: un factor de riesgo para el embarazo
AGENCIAS / EL TIEMPOEl embarazo es un periodo crucial y se caracteriza por importantes cambios fisiológicos en la mujer. Su salud psicológica también desempeña un papel clave en el bienestar del feto. Entonces, ¿qué ocurre cuando una futura madre se enfrenta a la pérdida del empleo durante esta fase?
Esta es la pregunta que se plantean Alessandro Di Nallo, investigador de la Universidad Bocconi de Milán, y Selin Köksal, coautora con el Instituto de Investigación Social y Económica de la Universidad de Essex (Reino Unido). Su estudio epidemiológico, realizado a cuatro manos, demuestra que esto podría repercutir negativamente en el embarazo, aumentando el riesgo de aborto espontáneo y muerte fetal.
Los resultados del nuevo análisis
El estudio se basó en datos recogidos en el marco de la encuesta Understanding Society, una encuesta longitudinal en la que participó una amplia muestra de hogares del Reino Unido entre 2009 y 2022.
"El Gobierno británico lleva 30 años realizando esta encuesta, renovada en 2009-2010 como Understanding Society. Se trata de una encuesta en la que participaron inicialmente unos 40.000 hogares, algunos nuevos y otros extraídos de la encuesta anterior, que comenzó en 1991", explica Alessandro Di Nallo, primer autor del artículo.
Los investigadores analizaron un total de 8.142 incidentes de embarazo, excluyendo los que estaban en curso en el momento de la entrevista y cuyo desenlace aún se desconoce. Lo que surgió fue un panorama preocupante: las mujeres expuestas a la pérdida del trabajo propio o de su pareja durante el embarazo mostraban un riesgo significativamente mayor de aborto espontáneo y muerte fetal que las que no habían experimentado esta situación.
Una hipótesis ya estudiada
"Nuestro trabajo no viene de la nada, ya hay otros estudios que han encontrado asociaciones y en algunos casos incluso efectos causales entre los traumas que ocurren durante el embarazo y los resultados del mismo", continúa la investigadora.
Entre los casos más emblemáticos se encuentra un trabajo del 2011 publicado en Demography y firmado por la investigadora Florencia Torche. El estudio muestra que el estrés agudo, como el del terremoto chileno de 2005, provoca una disminución significativa del peso al nacer, lo que a su vez tiene consecuencias en aspectos cognitivos, educativos y socioeconómicos del futuro bebé.
Aún no se han definido los mecanismos subyacentes a esta asociación, pero algunas teorías se perfilan como posibles explicaciones. Los resultados del estudio italo-inglés concuerdan con la hipótesis de que el estrés agudo y crónico, como la pérdida del empleo y la inestabilidad económica, alteran el curso del embarazo.
El estrés psicológico asociado a la pérdida del empleo puede repercutir negativamente en la salud de la madre y, en consecuencia, en la del feto. La respuesta fisiológica al estrés induce la producción de la hormona liberadora de corticotropina, la hormona adrenocorticotrópica y el cortisol, hormonas que ya se sabe que aumentan el riesgo de aborto espontáneo. Además de afectar al sistema inmunitario, haciendo que el organismo sea más vulnerable a los acontecimientos adversos durante el embarazo.
...pero no en Italia
En Italia sigue siendo difícil establecer correlaciones de este tipo. El Instituto Nacional de Estadística (Istat) proporciona algunos datos sobre el número de abortos espontáneos, pero no es posible extrapolar una imagen completa. Lo que sí sabemos es lo que ocurre después, es decir, que ser madre repercute en la vida laboral: la tasa de empleo de una madre (18-45 años) con un hijo de hasta seis años es del 53 % (Inail).
Pero de lo que ocurre durante el embarazo no hay datos. La pérdida del empleo puede acarrear graves preocupaciones económicas, que a su vez pueden afectar negativamente a la capacidad de la futura madre para acceder a la atención médica necesaria.
Esto subraya la importancia de una red de apoyo adecuada para las mujeres embarazadas, una asistencia social que proteja a las futuras madres, la accesibilidad a permisos retribuidos y medidas de apoyo financiero para ella, el futuro bebéy la unidad familiar. ¿Cómo se puede pensar en aumentar la tasa de natalidad cuando el primer paso, es decir, el propio embarazo, está en peligro?
Está claro, por tanto, que ante todo hay que vigilar mejor el estado de salud de la mujer para garantizar un embarazo sano. Y aquí es donde entra en juego la figura del médico. Las mujeres que han perdido su empleo o se encuentran en una situación de incertidumbre laboral deben ser objeto de un estrecho seguimiento y recibir información y apoyo adecuados, incluido apoyo psicológico.
Qué se puede hacer
"La llamada validez externa no puede garantizarse: el estudio toma en consideración familias inglesas que se encuentran en un sistema social y político distinto del italiano", explica Di Nallo. Sin embargo, "hacer análisis sobre otros países que dispongan de datos adecuados, como Holanda o Dinamarca, que tienen buenos niveles de bienestar, puede ayudar a entender si las garantías y protecciones del Estado del bienestar permiten reducir los efectos negativos de la pérdida del empleo sobre los embarazos", prosigue el investigador.
Como cualquier estudio, éste tiene limitaciones: se necesita más investigación para comprender mejor los mecanismos subyacentes a esta asociación y desarrollar intervenciones clínicas y económicas dirigidas a reducir el riesgo para las mujeres embarazadas.
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