El mindfulness es la atención plena o conciencia plena que se define como estar atento de manera intencional a lo que hacemos y sentimos, sin juzgar ni rechazar lo que experimentamos y a continuación te decimos cómo ayuda a la salud mental.
La salud mental es un estado de bienestar emocional, psicológico y social que afecta la forma en que pensamos, sentimos y actuamos cuando enfrentamos la vida. También ayuda a determinar cómo manejamos el estrés y cómo nos relacionamos con los demás y tomamos decisiones.
¿Cómo el mindfulness ayuda a la salud mental?
Un nuevo análisis que reunió los datos de 13 estudios encontró que los adultos que participan voluntariamente en cursos de mindfulness, o atención plena, tienen menos probabilidades de experimentar síntomas de ansiedad y depresión durante al menos seis meses después de finalizar los programas, en comparación con los adultos que no participan.
Los investigadores de la Universidad de Cambridge señalan que los resultados de la reciente investigación deberían fomentar la adopción de programas similares dirigidos por profesor en lugares de trabajo e instituciones educativas que quieran ayudar a prevenir el desarrollo de problemas de salud mental en los miembros de la comunidad.
¿Cómo practicar el mindfulness?
Lo primero que tienes que hacer es buscar a un profesional del mindfulness que te pueda guiar. Los expertos recomiendan tener esta práctica durante media hora cada día.
También es importante realizarlo en una habitación libre de ruidos o en un lugar tranquilo y confortable. También es recomendable utilizar ropa cómoda y, si las circunstancias lo permiten, quitarse todos los zapatos, collares, cintas, pulseras, que puedan oprimir el cuerpo.
En lo que se refiere a posición, lo mejor es estar sentado (en el suelo, en una silla, en la cama) sin importar tanto el lugar o la posición exacta, pero sí que la espalda esté recta para asegurar así una correcta respiración, algo que, como veremos ahora, es esencial.
Puedes utilizar un cojín, una tolla para estar más cómodo, pero lo importante es que las vértebras se mantengan bien rectas y que sujetes el peso del tórax, la cabeza y el cuello.
Los brazos y las piernas deben estar lo más relajados posible (puedes apoyarlos en las caderas si quieres) pero sin llegar a hacer que desestabilicen la columna vertebral. Cuando la postura no genere ninguna tensión, todo está listo para empezar.
La meditación en el mindfulness se basa en focalizar la atención en la respiración, pero sin pensar en ella. Es decir, tienes que sentir cómo recorre el cuerpo, pero sin prestar atención en lo que sucederá después. Simplemente, escucharla, observarla y sentirla fluir.
Al principio, el mindfulness se centra en focalizar la atención en el aquí y el ahora. Pero con el tiempo, se entrenará la mente para que se vacíe. Este es el punto final de la meditación. Cuando se logre este estado, serás capaz de observar tus emociones y sentimientos, pero sin juzgarlos. Solo las verás fluir.
