La conexión social y el apoyo mitigan la depresión

Investigadores italianos han descubierto que, en todo el mundo, la desconexión social y la falta de apoyo social influyen enormemente en la aparición y la gravedad de la depresión, sobre todo en las poblaciones vulnerables (por ejemplo, las mujeres posparto, las poblaciones clínicas y las minorías), que se enfrentan a factores de estrés y desafíos únicos. El análisis se ha publicado en línea en la revista Journal of Affective Disorders.

Hay que tener en cuenta el papel que desempeñan la conexión y el apoyo sociales en los trastornos de salud mental como la depresión, especialmente en las poblaciones más vulnerables, e incluir sondeos durante la elaboración del historial y la atención sistemática con el fin de proporcionar estrategias de prevención, tratamiento y vinculación a la atención.

Investigadores italianos llevaron a cabo una revisión sistemática y un metanálisis para evaluar los datos sobre la asociación entre la conexión social (tanto como factor de protección como de riesgo) y la depresión en todo el mundo.

Se incluyeron un total de 47 estudios, en 14 de los cuales se investigó la asociación entre la depresión y una medida social en la población posparto, 13 en la población clínica, 4 en minorías y 1 en personas que se inyectan drogas. La mayoría de los estudios se calificaron como de calidad muy baja o baja.

En general, los determinantes sociales, especialmente la conexión social, parecían tener un papel protector contra la depresión, sobre todo en las poblaciones de riesgo, mientras que el estigma y la discriminación representaban factores de riesgo para desarrollar depresión. Se necesita más investigación para desentrañar esta relación.

No todos los estudios incluidos eran de alta calidad y existía riesgo de sesgo. Además, se omitieron factores de confusión (por ejemplo, el estatus socioeconómico, la salud física o las diferencias culturales) en la información disponible. No está clara la direccionalidad de la asociación entre la depresión y la conexión social, lo que introduce un posible sesgo de causalidad, y la relación entre ambas podría ser cíclica.

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