Un diagnóstico de COVID-19 en las personas con insuficiencia suprarrenal conlleva mayores riesgos de resultados graves y muerte que en personas con otras enfermedades. Los autores aconsejan dar prioridad a este grupo para la vacunación, otras medidas preventivas y una mayor vigilancia de los síntomas de infección.
El estudio lo llevó a cabo un equipo sueco y se ha publicado en la revista Journal of Internal Medicine.
La insuficiencia suprarrenal da lugar a una producción anormalmente baja de cortisol y se asocia a una mayor morbilidad y mortalidad por enfermedades infecciosas y cardiovasculares. Los pacientes requieren tratamiento de sustitución de glucocorticoides y están inmunodeprimidos. Pocos estudios abordan su riesgo específicamente relacionado con la infección por el SARS-CoV-2.
En un estudio de cohortes a escala nacional realizado entre enero de 2020 y febrero de 2021, los autores utilizaron datos de registro para hacer un seguimiento de 5.430 pacientes con insuficiencia suprarrenal primaria y secundaria, así como de 54.300 pacientes de control emparejados por edad y sexo. Los criterios de valoración de interés, todos relacionados con la COVID-19, fueron la incidencia de infecciones, la hospitalización, el ingreso en cuidados intensivos y la muerte.
La edad media fue de 57,1 años.
Las incidencias de COVID-19 en los pacientes con insuficiencia suprarrenal frente a los pacientes de control no difirieron significativamente, pero la hospitalización, los cuidados intensivos y la muerte fueron significativamente mayores en los pacientes con insuficiencia suprarrenal.
Tras un análisis en el que se ajustaron las comorbilidades, incluidas las cardiopatías, la hipertensión y la diabetes, y los factores socioeconómicos, tales como la educación, los ingresos y el estado civil, los riesgos de COVID-19 fueron significativamente elevados en los pacientes con insuficiencia suprarrenal.
Las hazard ratio ajustadas para los pacientes con insuficiencia suprarrenal frente a los pacientes de control fueron de 1,96 para la hospitalización, 2,76 para los cuidados intensivos y 2,29 para la muerte.