El insomnio es un trastorno del sueño que afecta a un gran número de personas en la población general. Se caracteriza por la dificultad persistente para conciliar o mantener el sueño, despertar precoz o un sueño poco reparador, a pesar de tener las condiciones adecuadas para descansar.
El insomnio provoca una serie de molestias diurnas como fatiga, dificultad para concentrarse, cambios en el rendimiento laboral o escolar, alteraciones del estado de ánimo, somnolencia y otros síntomas físicos y emocionales relacionados con el sueño.
En los adultos, las quejas más comunes son la dificultad para conciliar o mantener el sueño y los largos periodos de vigilia durante la noche.
En los niños, es necesario que un observador describa el sueño, y las dificultades para dormir pueden manifestarse como resistencia a irse a la cama o incapacidad para dormir solos.
Clasificación de los tipos de insomnio
El insomnio se puede clasificar en primario y secundario. El insomnio primario es aquel que no está relacionado con ninguna otra enfermedad o trastorno, mientras que el insomnio secundario se presenta como una manifestación de otro problema de salud, trastorno mental, trastorno del sueño o consumo de sustancias.
Dentro del insomnio primario, se pueden distinguir varios tipos:
Insomnio agudo: está relacionado con un evento estresante y suele durar menos de 3 meses. Puede desaparecer una vez que desaparece el evento estresante o cuando la persona logra adaptarse a él.
Insomnio psicofisiológico: se caracteriza por la dificultad para conciliar el sueño y/o despertarse fácilmente durante un período superior a un mes. Se presenta ansiedad o preocupación excesiva por el sueño, hiperactividad mental y dificultad para relajarse en la cama.
Insomnio paradójico: también conocido como pseudoinsomnio o mala percepción del sueño. En este caso, las personas experimentan una queja grave de insomnio, pero las pruebas diagnósticas no muestran un trastorno del sueño significativo.
Insomnio idiopático: es un tipo crónico que se presenta en la infancia o en los primeros años de la juventud, sin una causa identificable. Puede persistir durante muchos años antes de ser reconocido y buscarse ayuda especializada.
Existen otros tipos de insomnio como el causado por trastornos mentales, una inadecuada higiene del sueño, fármacos o tóxicos, y problemas médicos.
Prevalencia y tratamiento del insomnio
La prevalencia exacta del insomnio varía según el tipo, pero se estima que afecta aproximadamente al 15-20% de la población adulta general. Es más común en mujeres y puede presentarse a cualquier edad, aunque es más frecuente en adultos mayores.
El tratamiento del insomnio depende de su causa y gravedad. Puede incluir cambios en los hábitos de sueño, terapia cognitivo-conductual, medicamentos y abordaje de los factores subyacentes, como el estrés o las enfermedades concurrentes.