Cada vez hay más conciencia sobre los riesgos de exponerse demasiado al sol y de la necesidad de cuidarse bien, tanto antes como después, si uno quiere broncearse. Aunque los rayos de sol son muy buenos también son los causantes de que la piel se dañe y que puedan acabar surgiendo patologías, como un temido cáncer de piel.
La correcta protección, en efecto, es crucial y afortunadamente existen multitud de productos cosméticos y sanitarios para tratar de minimizar problemas dermatológicos y cutáneos. En este sentido, la crema solar es u básico que debe ser parte del día a día, también cuando hay nubes y poco sol.
Los expertos aconsejan, además, tener extremo cuidado con pecas y lunares, que suelen ser muy sensibles a la luz solar y que pueden aumentar con la exposición. Estén en la cara o en algún otro punto del cuerpo, salen por cuestiones genéticas o por culpa del sol y en ambos casos es necesario velar por su protección porque pueden pasar a ser malignas. Así, según los dermatólogos, independientemente de si uno tiene un tono de piel más oscuro o más claro, hay que tomar algunos cuidados.
Hábitos con la crema solar
En este sentido, lo aconsejable es usar una crema con factor de protección solar de 50 e ir poniendo crema cada dos horas si uno está expuesto al sol. Si se puede, y la idea es no estar en la playa o piscina, lo ideal es tratar de evitar la exposición solar, por ejemplo al hacer deporte, en las horas centrales del día, que serían entre la 10 y 16 horas.
Además, aunque parezca obvio, es muy útil el uso de gorras, camisetas o sombrillas para prevenir problemas con pecas. Y evitar, por supuesto, las quemaduras en la piel porque pueden tener efectos duraderos en la piel: se dice que no olvida sus daños y que con el paso de los años puede pasar factura.
No todo acaba con los protectores solares y es que gracias al avance de las farmacéuticas existen cremas también existen hidratantes con color y fotoprotección. Además, es importante que tras estar al sol se use un hidratante para mantener la piel suave y nutrida.
Igualmente, los dermatólogos recomiendan realizar revisiones anuales para estudiar posibles pecas o lunares y revisar si han cambiado. Si hay antecedentes familiares de algún tipo de cáncer de piel se deberían realizar cada medio año y, en caso contrario, hacerlo anualmente.