Un derrota que hubiera agravado la mega crisis en Stamford Bridge pero por fin Lampard encontró a Ziyech. El marroquí salvó a su equipo cuando más lo necesitaba.
Primera victoria de Lampard al frente del equipo tras seis derrotas anteriores. Las imágenes de desolación y desorentación del proyecto de Todd Boehly al descanso fueron evidentes ante el Bournemouth. Brazos caídos, miradas perdidas, cabezas gachas, sin reacción... El Chelsea se metía en un lío y no era mayor porque no daba tiempo a ello.
Y eso que el Chelsea empezó mandando. A los 9 minutos, Conor Gallagher contra toda lógica anotaba de cabeza sin oposición en el punto de penalti. Fue un buen espejismo de lo que le esperaba al Chelsea durante la primera mitad. A los 21 minutos, Matías Viña marcaba el golazo de la jornada en Inglaterra con un fuerte derechazo que se colaba por encima de Kepa. Un gol que sacó a relucir todos los fantamas del Chelsea. Lampard dejó una semana más a João Félix en el banquillo. Sterling también tuvo que esperar su oportunidad desde la caseta. El técnico inglés apostó por Mudryk, Havertz y Madueke de inicio. Y el plan no le funcionó en nada. Solamente Madueke dio signos de mostrar algo más, pero su imprecisión habitual no le permitió sacar nada fructífero. El Chelsea salía a flote gracias a Kepa, una tarde más.
Todo cambió a los 76 minutos. La lesión de Chilwell, una más, agitó el banquillo. Entraron Azpilicueta y Ziyech por el lateral inglés y Madueke. Y el partido viró a favor del Chelsea. El marroquí es tan desequilibrante que en cualquier acción puede ser decisivo y así fue. Una acción a balón parado de Ziyech fue un caramelo para que Badiashile batiera a Neto y pusiera el 1-2. Un gol tranquilizador, que servía para que el Chelsea estuviera un año más en la Premier. Minutos antes, el Chelsea se salvó de una buena gracias a que Dango, solo en boca de gol, no acertó a meter el balón dentro de la portería de un inquieto Kepa. Perdonó el Bournemouth y lo pagó. Casi al final, un jugadón de Sterling lo culminó João Félix con el 1-3 definitivo. El tercer tanto del portugués en 13 partidos de Premier. Lampard, João Félix y el Chelsea respiran.