Vida fit, será más cara para los padres de familia

A partir del 30 de marzo, entrará en vigor la medida que prohíbe la venta de comida chatarra en las escuelas, obligando a las cooperativas a ofrecer solo alimentos nutritivos. Esta disposición, que busca combatir la obesidad infantil, ha generado retos logísticos y económicos para las cooperativas, quienes ya se están adaptando a la normativa.
A partir del 30 de marzo, todo México verá un cambio significativo en las cafeterías escolares, ya que las cooperativas de alimentos estarán obligadas a dejar de vender productos procesados y chatarra, y solo podrán ofrecer opciones más saludables, como frutas, verduras, tacos de maíz, o alimentos bajos en calorías. Esta medida forma parte de una estrategia del Gobierno Federal para combatir la obesidad infantil y promover un estilo de vida más saludable entre los estudiantes.
Según los lineamientos establecidos por el programa de vida saludable, la venta de comida chatarra en las escuelas será completamente prohibida, marcando un cambio drástico en el tipo de alimentos que las cooperativas pueden ofrecer a los estudiantes. En su lugar, las cooperativas deben adaptar sus menús para cumplir con las nuevas normativas y garantizar que los niños reciban una alimentación sana y equilibrada.
El reto de adaptarse a la nueva normativa
Aunque el objetivo es promover hábitos de vida más saludables, las cooperativas escolares enfrentan varios desafíos al adaptarse a esta nueva normativa. Uno de los principales problemas es el costo de los alimentos frescos y nutritivos. En comparación con los productos ultraprocesados y con altos niveles de azúcar, los ingredientes saludables como el huevo, la carne y las frutas tienen un costo significativamente más alto. Esto ha generado una preocupación sobre los costos que los padres de familia deben cubrir para que sus hijos puedan disfrutar de una comida completa y nutritiva en la escuela.
Marisol Escalante, encargada de una cooperativa en una escuela primaria local, explicó que, aunque su cooperativa comenzó a aplicar este modelo desde noviembre, la transición ha sido compleja. La encargada destacó que, aunque ya están preparados para cumplir con la nueva normativa, el gasto diario en la compra de ingredientes frescos ha aumentado considerablemente. En promedio, los padres de familia deben gastar entre 50 y 70 pesos diarios por niño, lo que incluye tacos de tortillas de maíz con frijoles, carne o huevo, además del agua, que se vende a 15 pesos.
El aumento en los costos para los padres de familia
Este nuevo modelo de alimentación escolar ha generado una serie de preocupaciones en los padres de familia, quienes deben hacer frente a un aumento en los gastos diarios. Anteriormente, los padres de familia solían gastar entre 30 y 40 pesos por niño para que los menores pudieran disfrutar de un almuerzo en la escuela. En ese menú se incluían un jugo de 15 pesos, unas galletas de 10 pesos y, a veces, algún dulce adicional.
Sin embargo, con la nueva regulación, los menús son más caros debido al uso de ingredientes frescos y más nutritivos. La encargada de la cooperativa señaló que, además de los mayores costos, hay alimentos que no son bien recibidos por los estudiantes, como las frutas y las gelatinas, lo que ha complicado la aceptación del nuevo menú.
De acuerdo con Marisol Escalante, el surtido de los alimentos es costoso y requiere una inversión diaria de aproximadamente 1,500 pesos en materia prima. Esto ha generado una presión sobre las cooperativas para poder mantener un balance entre ofrecer alimentos saludables y mantener los costos accesibles para las familias.
La transición hacia una alimentación saludable
A pesar de los retos económicos y logísticos, la medida busca mejorar la salud de los estudiantes y reducir la obesidad infantil, que en los últimos años ha alcanzado niveles alarmantes en México. La promoción de alimentos saludables en las escuelas es un paso importante para crear conciencia sobre la importancia de una buena nutrición desde una edad temprana, contribuyendo a la prevención de enfermedades relacionadas con la mala alimentación, como la diabetes y la hipertensión.
Para ayudar en esta transición, el Gobierno Federal ha implementado una serie de recursos y apoyo a las cooperativas escolares para facilitar el cambio de menú, brindando capacitaciones sobre cómo preparar alimentos nutritivos, además de ofrecer materiales educativos sobre alimentación saludable. Sin embargo, el apoyo financiero directo sigue siendo limitado, lo que deja a las cooperativas en una posición difícil para cubrir los nuevos costos.
Adaptación a largo plazo y los beneficios de la medida
Si bien la transición puede ser compleja a corto plazo, expertos en nutrición y salud pública han señalado que la medida tiene grandes beneficios a largo plazo. Promover una alimentación saludable en las escuelas no solo ayuda a prevenir enfermedades, sino que también puede mejorar el rendimiento académico de los estudiantes, al proporcionarles la energía y los nutrientes que necesitan para aprender y concentrarse en sus estudios.
Además, la prohibición de la comida chatarra también puede tener un impacto positivo en la comunidad en general, ya que fomenta hábitos alimenticios más saludables entre las familias, quienes pueden ser inspiradas a tomar decisiones más conscientes sobre lo que consumen en casa.
A pesar de los desafíos que enfrentan las cooperativas, la implementación de esta medida representa una oportunidad para mejorar la calidad de vida de los estudiantes y fomentar una cultura de salud y bienestar desde las primeras etapas de la vida escolar.
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