Un punto que no sirve a nadie

Después de más de dos años, el Manchester United volvió a aparecer entre los cinco primeros puestos de la Premier League, algo que parecía impensable para un club de su tamaño.

En Old Trafford, los altavoces continúan anunciando a los red devils como “el mejor club del mundo”, aunque esa etiqueta lleva tiempo sin reflejarse en el campo. Tampoco ocurrió el jueves: aunque la victoria parcial ante el West Ham los colocó momentáneamente en la quinta posición, todo se vino abajo con el gol del empate de Magassa en los instantes finales.

El partido tuvo un primer tiempo lento y poco atractivo. Las pocas oportunidades del United apenas lograron despertar a una afición sedienta de afecto y resultados. Mbeumo aprovechó un balón suelto tras un saque de esquina y, con espacio, remató obligando a Areola a desviar a córner al minuto 25. Cuatro minutos después, Wan-Bissaka salvó al West Ham sobre la línea al cortar un centro de Diallo que Zirkzee había desviado hacia su propia portería.

Hubo que esperar casi hasta el minuto 60 para que el United generara peligro otra vez. Casemiro disparó desde fuera del área y, tras el rebote, Dalot controló y definió cerca del punto penal para abrir el marcador. Eso motivó al West Ham, que se lanzó al ataque en busca del empate. Y lo consiguió en la recta final: Bowen, el jugador más activo del conjunto londinense, prolongó un córner que Mazraoui logró rechazar sobre la línea, pero el balón quedó servido para Magassa, quien marcó. Otra noche amarga en el Teatro de los Sueños.

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