El Alavés sigue hundiéndose en la zona de descenso tras una nueva derrota, esta vez ante el Girona, en un partido marcado por el juego trabado y los errores decisivos.
Aunque los vitorianos mostraron mayor iniciativa, no lograron superar a un Girona que aprovechó un fallo de Diarra en los últimos minutos para llevarse los tres puntos. El equipo de Eduardo Coudet continúa sin ganar desde su llegada, y la lucha por la permanencia parece cada vez más complicada.
El Girona comenzó con su estilo característico: presión intensa, búsqueda de profundidad y control del balón. Sin embargo, su dominio solo duró media hora antes de caer en un juego deslucido. Durante la primera mitad, el equipo catalán tuvo algunas ocasiones, como un córner olímpico de Bryan, un remate casi efectivo de Kerjci y un disparo de Danjuma que golpeó el lateral de la red tras un error de Aqbar.
Por su parte, el Alavés empezó cauteloso, pero ganó confianza con el paso de los minutos, especialmente tras las interrupciones por las lesiones de Jordan, Carlos Martínez y Miguel. Aunque los locales reclamaron un penalti por un leve empujón de Arnau sobre Conechny, el VAR decidió no intervenir.
Segunda mitad: Alavés toma la iniciativa
Tras el descanso, el Alavés mostró una mejor cara, atacando por las bandas y presionando más arriba, con un destacado Carlos Vicente liderando las ofensivas. El Girona, en cambio, se desdibujó, cayendo en errores defensivos y balones largos que facilitaron el crecimiento del equipo local.
El Alavés tuvo su mejor oportunidad en una contra liderada por Antonio Blanco y Carlos Vicente, pero Conechny falló lo más sencillo al no aprovechar un pase perfecto al segundo palo. Poco después, Toni Martínez y Conechny volvieron a generar peligro, aunque sin éxito.
Error fatal y castigo final
Cuando todo apuntaba a un empate, llegó el fatídico error del Alavés. En el minuto 91, Diarra falló al intentar despejar, dejando el balón servido para Jhon Solís, quien no perdonó frente a Owono. Así, el Girona logró llevarse una victoria inmerecida, mientras el descenso sigue asfixiando al Alavés, que mereció más pero no supo aprovechar sus oportunidades. La presión aumenta en Mendizorroza, donde el panorama se torna cada vez más sombrío.