Sor Geneviève Jeanningros rompe protocolo en despedida al Papa Francisco

Una monja de 81 años, conocida por su labor con transexuales y feriantes, rompió el protocolo vaticano para despedir al Papa Francisco en un momento de emotivo silencio.

Mientras cardenales y obispos seguían el estricto protocolo durante la despedida al Papa Francisco, una pequeña figura con hábito religioso y una mochila al hombro se acercó discretamente al féretro. Era sor Geneviève Jeanningros, una monja de 81 años de la orden de las Hermanitas de Jesús, quien, ignorando las normas, se detuvo a rezar en silencio durante varios minutos. Nadie la detuvo.

La escena, capturada por medios vaticanos, reflejaba la relación especial entre la religiosa y el pontífice, a quien él mismo llamaba "la enfant terrible" por su trabajo incansable con los más vulnerables.

Una vida dedicada a los marginados

Sor Geneviève lleva 56 años trabajando en Ostia, una zona marginal cerca de Roma, donde asiste a mujeres transexuales, feriantes y trabajadores sexuales. Cada miércoles, llevaba a grupos de esta comunidad a las audiencias generales del Papa, logrando que Francisco las recibiera personalmente.

Durante la pandemia de COVID-19, junto al párroco Andrea Conocchia, solicitó ayuda al cardenal Konrad Krajewski para apoyar a feriantes y personas trans que habían quedado sin sustento. "Muchas eran sudamericanas, sin recursos", relató.

El Papa Francisco y su conexión con los excluidos

En 2024, sor Geneviève logró un hito: convencer al Papa para visitar el parque de atracciones de Ostia y reunirse con feriantes. Además, acompañó a varias mujeres trans a conocerlo, incluyendo a una que fue asesinada poco después. "El Papa rezó por ella", recordó.

Su labor, discreta pero impactante, refleja el legado de Francisco: la Iglesia en las periferias

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