Sheinbaum descarta renegociar Tratado de Aguas de 1944 pese a amenaza de aranceles de Trump

La mandataria asegura que el acuerdo de 1944 es "muy favorable" para México y que la vía son actas adicionales y diálogo permanente, no una renegociación integral.

Pese a la amenaza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer un arancel del 5% si México no entrega el agua pendiente, la presidenta Claudia Sheinbaum descartó categóricamente una renegociación del Tratado de Aguas de 1944. La mandataria afirmó que su gobierno mantiene pláticas técnicas para cumplir con el acuerdo, pero sin afectar el consumo humano ni a los agricultores, y que la vía correcta son las actas adicionales —como las de 2000 y 2020— que permiten ajustes operativos sin modificar el tratado base.

Un tratado que no se renegociará, pero sí se ajustará

Frente a la creciente presión de la administración Trump, la presidenta Claudia Sheinbaum dejó claro que una renegociación integral del Tratado de 1944 “no está sobre la mesa”. Su postura se basa en un argumento clave: "De acuerdo con todos los expertos, el tratado de 1944 es muy favorable para México, entonces entrar a un proceso de renegociación quizá no es necesario".

En cambio, la mandataria explicó que la vía adecuada son las actas y acuerdos adicionales, mecanismos previstos que permiten actualizar la operación del tratado según la disponibilidad real de agua. Recordó que ya se han firmado instrumentos de este tipo en 2000 y 2020, y que la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) se ha reunido con mucha más frecuencia recientemente.

El objetivo: cumplir sin afectar a la población y al campo

Sheinbaum reiteró que su gobierno está en pláticas permanentes con autoridades estadounidenses para encontrar una salida que permita cumplir con los compromisos internacionales, pero con un principio rector: "sin afectar el consumo humano de agua, principalmente, y también" protegiendo los derechos de los agricultores nacionales.

"Estamos buscando cumplir con el tratado sin afectar el consumo humano de agua, principalmente, y también con todos los gobernadores para tener un acuerdo y evitar un conflicto entre nosotros frente a lo que pueda plantear Estados Unidos", señaló durante su conferencia. Confirmó que este mismo miércoles se celebra una nueva reunión técnica sobre el tema.

Reconocimiento de un contexto cambiante, pero sin cambiar las bases

La presidenta reconoció que el tratado podría sentirse rebasado por el crecimiento poblacional y la sequía "excepcional" de los ciclos recientes, lo que requiere ajustes. Sin embargo, insistió en que la solución no es modificar el documento de 1944, sino "estar sentados permanentemente con Estados Unidos" para realizar ajustes operativos.

Estos ajustes, detalló, permiten atender las necesidades de ambos países “de acuerdo al ciclo de lluvia y a cuánta agua realmente está disponible”. Su gobierno, dijo, actuará “cumpliendo con el tratado, pero defendiendo los intereses del pueblo y de la nación”, garantizando agua para la población y un reparto justo para los productores agrícolas.

Un mensaje de firmeza y diplomacia frente a la presión

El mensaje de Sheinbaum busca equilibrar la firmeza soberana con la diplomacia práctica. Por un lado, niega una renegociación que podría poner en riesgo ventajas históricas para México. Por otro, mantiene abierta la puerta a soluciones técnicas y al diálogo intensivo, tratando de desactivar la amenaza de aranceles del 5% de Trump mientras defiende el acceso al agua como un derecho nacional prioritario.

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