Secuestro y reclutamiento forzado: El infierno de una familia con el CJNG
María relata cómo el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) secuestró y reclutó a su esposo e hijos como sicarios. Su historia revela el horror del reclutamiento forzado.
María, una madre de Michoacán, ha vivido más de un año sin ver a su esposo, Rodrigo, y a sus hijos, Mateo y Ramiro, quienes fueron secuestrados y reclutados por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Tras pagar rescates y buscar ayuda sin éxito, solo ha recibido "pruebas de vida" y la confirmación de que sus hijos ahora son sicarios del cártel.
En febrero de 2024, Rodrigo y sus dos hijos, Mateo y Ramiro, regresaban a su casa en Zamora, Michoacán, después de trabajar como albañiles. Minutos después, un grupo de hombres armados tocó la puerta, afirmando ser de la Fiscalía. Al abrir, Rodrigo fue golpeado, mientras sus hijos eran tirados al suelo. María y sus hijas fueron arrinconadas mientras los hombres buscaban drogas, dinero o armas en la casa.
“Nos dijeron que si no entregábamos todo, nos descuartizarían”, relata María. Al no encontrar nada, los hombres se llevaron a Rodrigo, Mateo y Ramiro.
La Fiscalía no ayudó
María acudió a la Fiscalía de Michoacán en Zamora, pero las autoridades no tomaron su reporte. “Nos dijeron: ‘Ahí los van a traer trabajando en el cerro’”, recuerda. Tras el secuestro, los captores exigieron 30 mil pesos como rescate, dinero que la familia pagó, pero sus seres queridos no fueron liberados.
Tres meses después, el CJNG contactó a María para exigir 300 mil pesos a cambio de la libertad de su familia. Le enviaron fotos y una videollamada de cinco minutos con Rodrigo, quien solo pudo decir: “Estoy bien. Trabajo para ellos”. A pesar del pago, no cumplieron con la promesa de liberarlos.
En su desesperación, María buscó en Facebook y encontró una foto de su hijo Mateo. Una usuaria, Sarah, le confirmó que sus hijos ahora eran sicarios del CJNG. “Me dijeron que ya no tienen familia, porque su familia ahora es el cártel”, lamenta María.
El horror del Rancho Izaguirre
El caso de María cobra relevancia tras el hallazgo de restos humanos, prendas y cartas de despedida en el Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, un presunto campo de entrenamiento del CJNG. Se cree que cientos de personas fueron reclutadas y asesinadas en ese lugar.
María y su familia se mudaron de Zamora por temor a represalias, pero no pierden la esperanza de encontrar a sus seres queridos. “Aún creo que el gobierno puede detener al cártel o que mis hijos logren salir de esto”, afirma.
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