A pesar de su estatus noble, Juana vivió de manera sencilla y humilde.
Santa Juana de Valois (1464-1505) fue una noble francesa, hija del rey Luis XI de Francia y de la reina Carlota de Saboya. Nació en la ciudad de París y fue una figura clave en la historia de la Iglesia Católica, particularmente por su vida dedicada a la caridad y la espiritualidad.
Vida
Juana fue criada en la corte real, pero a una edad temprana, su vida se vio marcada por dificultades y sacrificios personales. Su primer matrimonio fue con el duque Francisco II de Bretaña, pero quedó viuda poco tiempo después, lo que la dejó con el deseo de dedicarse completamente a Dios y a los más necesitados.
A pesar de su estatus noble, Juana vivió de manera sencilla y humilde. Durante su vida, se dedicó a ayudar a los pobres, a las mujeres y a los huérfanos. Fundó la Orden de la Anunciación de la Virgen María (más conocida como las Anunciadas) en 1501, con la misión de promover una vida religiosa basada en la pobreza, la castidad y la obediencia. La Orden tenía como objetivo formar mujeres de carácter espiritual, dedicadas al servicio de los demás.
Obra
Juana de Valois es conocida principalmente por su labor religiosa y caritativa. Fue una mujer de profunda fe, que procuró vivir de acuerdo con los ideales cristianos de pobreza y servicio a los demás. Su obra más importante fue la fundación de la Orden de la Anunciación, que consolidó su legado de servicio a la Iglesia y a la sociedad.
Además, Juana fue muy respetada por su devoción a la Virgen María y por su deseo de imitarla en su vida. También promovió la educación y la espiritualidad femenina, defendiendo la dignidad y el papel de la mujer en la Iglesia.
Patronazgo
Santa Juana de Valois es patrona de las mujeres que sufren de infertilidad, ya que ella misma tuvo problemas para concebir durante su matrimonio. Además, es considerada una intercesora poderosa para aquellos que buscan la paz, la caridad y la reconciliación, debido a su enfoque en la ayuda a los más necesitados y su dedicación al bienestar de los demás.
Su festividad se celebra el 4 de febrero, y a lo largo de los siglos, su figura ha sido una inspiración para muchas mujeres que desean vivir una vida de servicio a Dios y a la comunidad.