Con su victoria por decisión unánime sobre William Scull, Canelo Álvarez (63-2-2, 39 KOs) ya suma siete peleas consecutivas sin noquear a su oponente, lo que marca casi cuatro años desde su último KO (frente a Caleb Plant en noviembre de 2021). En ese lapso, ha acumulado seis victorias por decisión unánime y una derrota por la misma vía ante Dmitry Bivol.
Esto ha generado interrogantes sobre el Canelo noqueador: ¿Por qué no presionó más a un William Scull que parecía no tener resistencia? ¿Por qué optó por una victoria menos arriesgada, pero también más polémica?
Para entender esta transformación, debemos mirar sus inicios. Canelo comenzó su carrera con un impresionante 74.2% de victorias por KO, noqueando a 26 de sus primeros 36 rivales (35 victorias y un empate). Sin embargo, muchos de esos oponentes no eran de gran nivel. Después de convertirse en campeón, hasta su último KO a Caleb Plant en 2021, su porcentaje de KOs se mantuvo alto, con 14 en 21 victorias, alcanzando un 67%, mientras subía de peso desde las 154 hasta las 175 libras, demostrando que podía adaptarse a nuevos retos sin perder poder de noqueo.
Entonces, ¿por qué ya no noquea a sus rivales en los últimos cuatro años?
Con el tiempo, Canelo ha aprendido a equilibrar su carrera como boxeador con otros aspectos de su vida, como empresario y padre de familia. Con múltiples negocios en diferentes sectores y un patrimonio que, según Forbes, asciende a 275 millones de dólares (y cerca de 400 millones de dólares en 2025), su enfoque ha cambiado. Además, su reciente anuncio de esperar su quinto hijo refleja su deseo de ser un padre presente. Por ello, ha disminuido su agresividad en el ring, tomando menos riesgos, especialmente cuando tiene la pelea controlada.
Ante rivales como John Ryder, Jermell Charlo, Jaime Munguía, Edgar Berlanga y William Scull, Canelo ha preferido mantener su distancia y esperar las decisiones en lugar de buscar el nocaut. Su poder y habilidad siguen siendo evidentes, pero prefiere evitar situaciones que puedan poner en riesgo su bienestar, sabiendo que su futuro empresarial y familiar son ahora prioritarios.
En resumen, Canelo ha dejado de ser el boxeador agresivo que buscaba el nocaut a toda costa, sacrificando el espectáculo por una vida más equilibrada y saludable. Aunque esta decisión puede ser vista como negativa para el boxeo, es comprensible en el contexto de su evolución personal y profesional.