Monreal y Alcalde, problemas en el paraíso
Mario Maldonado
Esta semana se libró una cruenta batalla en la Cámara de Diputados que anticipa rupturas y divisiones en Morena y el movimiento de la autodenominada 4T. El pleito tuvo que ver con la elección del representante de Morena ante el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), en el que la presidenta nacional del partido, Luisa María Alcalde, se metió de lleno, a pesar de ser una decisión eminentemente legislativa, correspondiente a la Cámara de Diputados.
El candidato de “unidad” propuesto por la bancada que encabeza Ricardo Monreal fue el diputado federal Ernesto Prieto. Sin embargo, Alcalde decidió intervenir e impulsar a su propio candidato: el chiapaneco Guillermo de Santiago.
La lideresa del partido oficial echó mano de sus más cercanos para ejecutar la estrategia. De entrada, pidió a Carolina Rangel, secretaria General de Morena, “operar” con gobernadores, secretarios de Estado y legisladores la elección de Guillermo de Santiago. En los mensajes de WhatsApp y llamadas telefónicas hechas por Rangel, la orden fue votar por el diputado chiapaneco y pusieron por delante a la presidenta Claudia Sheinbaum. “Son instrucciones de la doctora”, decían, aunque la jefa del Ejecutivo no intervino en el proceso.
La diputada Gabriela Jiménez se sumó a la operación, junto con la secretaria de las Mujeres, Citlali Hernández, y gobernadores como Rocío Nahle, de Veracruz; Salomón Jara, de Oaxaca; y Eduardo Ramírez, de Chiapas, entre otros. El trasfondo del impulso a un candidato diferente al propuesto por Ricardo Monreal era, más que un capricho, una medición de fuerzas por parte de Luisa María Alcalde y un grupo de morenistas que no ven bien el poder y control que tiene el zacatecano en la Cámara de Diputados.
Finalmente, se impuso el candidato de unidad, propuesto por Monreal. En una votación cerrada, Ernesto Prieto logró 115 votos contra 112 de Guillermo de Santiago. Cuentan que la reacción de Luisa María Alcalde fue prácticamente la de cerrarle las puertas a la bancada morenista en la Cámara de Diputados. Se dice también que el secretario de Organización de Morena, Andrés Manuel López Beltrán, no vio con buenos ojos la intervención de la presidenta del partido, a quien le habrían advertido que perdería en la lucha de fuerzas.
En la reunión plenaria también se eligieron los nombramientos de quienes estarán al frente de grupos de amistad, comisiones bicamerales y temáticas. Ninguna importó tanto como la representación de Morena ante el INE, lo que desató un pleito que viene gestándose hace tiempo, desde la definición de las presidencias de las Comisiones, donde el grupo cercano a Monreal obtuvo la mayoría, además de nombramientos como el de Pedro Haces como vicecoordinador de la bancada.
La diputada Gaby Jiménez es una de las que más ruido hace en el Congreso, sobre todo intentando sabotear al coordinador de la bancada. La exaspirante a la alcaldía Azcapotzalco ha jugado de cerca con los gobernadores para dividir a Morena dentro de la Cámara, y busca formar un grupo plural. El objetivo final, sería, lograr la creación de un nuevo partido emanado de su fundación “Que siga la democracia”. No obstante, su protagonismo ha generado incomodidades y críticas, sobre todo por su insistencia en aparecer en todas las fotos.
En fin que, en Morena, las cosas comienzan a ponerse complicadas, por lo que la unidad que proclaman hacia afuera los liderazgos del movimiento, no es tal hacia adentro. La apuesta de Luisa María Alcalde es que Monreal deje la coordinación del partido y, sobre todo, que el diputado Pedro Haces se haga a un lado. Sin embargo, a la presidenta del partido le ha faltado oficio político y ha dejado entrever su falta de experiencia y pericia para operar tareas de este tipo.
Problemas en el paraíso.
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