María Teresa Valdés, propietaria de “Revistas Tere” en Monclova

"Mientras sigan viniendo, seguiremos adelante con nuestra revistería".

La señora María Teresa Valdez, de 75 años, y su esposo Roberto Hernández, de 80, son propietarios de una de las dos revisterías que quedan en esta ciudad, pues desde hace 35 años fundaron “Revistas Tere” en la calle Miguel Balco de la Zona Centro, un negocio que ha pasado por diversas adversidades sociales, económicas y hasta sanitarias, pero ha sobrevivido gracias al empeño que Doña Tere y su esposo le ponen al atender a sus clientes.

¿Cómo y desde cuándo se inició este negocio?

“Cuando abrimos nuestras puertas en los 90’s, ya había alrededor de 50 revisterías dedicadas a la venta de revistas en la ciudad de Monclova, por lo que estaba claro que era un comercio rentable por solicitud de los ciudadanos y fue una de nuestras mejores opciones para comenzar a emprender. Iniciamos rentando el local, y con el paso del tiempo pudimos comprarlo y permanecemos aquí desde el inicio”.

Hace un par de décadas había muchas revisterías en Monclova. ¿Por qué estas han ido disminuyendo?

“Tras diversas problemáticas sociales, económicas y sanitarias, este tipo de negocios ha ido desapareciendo con el paso de los años, pero uno de los factores principales es la evolución de los medios de comunicación. Hoy en día los jóvenes utilizan otros medios para mantenerse bien informados de lo que pasa en todo el mundo, como los celulares o las computadoras, pero afortunadamente hay personas que aún nos buscan; son clientes de toda la vida que incluso nos piden que sigamos adelante con nuestro negocio, ya que es difícil encontrar este tipo de establecimientos en la actualidad”

Ante permanecer con el negocio activo durante diversas épocas complicadas, ¿cuál ha sido una de las crisis más fuertes por las que han tenido que pasar?

“Sin duda fue la pandemia por Covid-19 y el cierre de la empresa Altos Hornos de México, ya que, ante la crisis sanitaria, no todos los negocios sobrevivieron, teniendo que cerrar sus puertas para siempre y lamentablemente muchos propietarios hasta murieron. Nosotros solo cerramos temporalmente durante la temporada más difícil y con mayores contagios. En la cuestión económica, el cierre de AHMSA fue otro de los grandes golpes a los que nos enfrentamos. Muchos comercios ya no se pudieron sostener financieramente por la falta de clientes, pero a pesar de esto, nosotros aún tenemos una clientela muy sólida que no nos ha dejado de frecuentar y nos mantiene activos”.

¿Por qué es importante mantener en pie este negocio?

“Sabemos que las nuevas generaciones ya no vienen a este tipo de tiendas, ya tienen las redes sociales y no necesitan una revista para darse cuenta de todo lo que pasa, pero hay personas de nuestra edad que aún nos buscan y nosotros estamos muy felices de seguirlos atendiendo. Este es un negocio familiar y mi esposo y yo estamos contentos de ser constantes, venir todos los días, abrir nuestro local, mantener todo en orden con nuestra mercancía y brindar un buen servicio, ya que estas son las claves principales para que un negocio prospere. Aunque nuestros hijos nos han dado la opción de retirarnos y rentarle a alguien más nuestro local, aún no es tiempo; seguiremos hasta que nos sea posible”.

¿Cuál es una de sus principales motivaciones para seguir adelante?

“Ver que las personas de nuestra edad se sienten felices viniendo aquí. Ellos buscan un pasatiempo, y la lectura es un escape sano para ellos. Buscan sus revistas favoritas y hasta cuadernillos con ejercicios de memoria. Ellos nos piden que no nos vayamos y mi respuesta siempre es la misma: mientras ellos sigan viniendo, nosotros seguiremos sacando adelante nuestra revistería”.

¿Cómo les ha ido con las nuevas generaciones?

“Aunque nosotros ya tenemos más de 30 años ofreciendo revistas en el mismo lugar, aún hay personas que lograron descubrirnos hace muy poco. Las personas más jóvenes pasan, pero a algunos les llama la atención y, al entrar, se sorprenden de los productos que ofrecemos. No sabían ni siquiera de la existencia de las revisterías. Esto causa algo de nostalgia porque, en algún momento, en nuestros inicios, nuestros clientes principales eran los jóvenes. Pero es comprensible que ahora los tiempos son otros. Sin embargo, nuestros clientes siguen siendo los mismos, aunque ya tenemos una edad más avanzada. Ahora somos uno de los negocios más antiguos de la Zona Centro de Monclova y una de las pocas revisterías que han sobrevivido en la ciudad”.

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