¿Los animales sienten injusticia? Un análisis renueva el debate

El concepto de "justicia" ha sido considerado históricamente exclusivo de los humanos, pero un nuevo análisis realizado por la Universidad de California, Berkeley, ha reavivado el debate sobre si los animales también poseen algún tipo de aversión a la inequidad. Este análisis sugiere que las reacciones de los animales ante situaciones percibidas como injustas podrían tener una explicación más simple y no necesariamente implicar un sentido de justicia comparable al humano.

La aversión a la inequidad es la incomodidad que sentimos cuando los recursos se distribuyen de manera desigual. En los humanos, este sentimiento se asocia con la convivencia social y se observa desde una edad temprana, cuando los niños protestan al ver que otros reciben más que ellos, lo que refleja una sensibilidad hacia la justicia.

En estudios previos, como el famoso experimento de Frans de Waal con monos capuchinos, se observó que los monos reaccionaban negativamente cuando recibían pepinos mientras que sus compañeros obtenían uvas, una recompensa más valiosa. Este comportamiento fue interpretado como una protesta ante lo que se percibía como injusticia.

Sin embargo, el análisis más reciente realizado por los investigadores de Berkeley, que revisó más de 60,000 observaciones, concluyó que estas reacciones no reflejan una sensación de injusticia ni de celos, sino una decepción ante expectativas no cumplidas. Los monos también mostraron incomodidad cuando las uvas se colocaron en jaulas vacías, lo que sugiere que su molestia no provenía de la comparación con otros, sino de no obtener lo que esperaban.

El investigador principal, Oded Ritov, explicó que los datos no son suficientes para afirmar que los animales sienten injusticia de manera consciente como los humanos. Las reacciones animales parecen estar más relacionadas con una respuesta a estímulos inmediatos y no con un sentido moral o social de equidad.

Este estudio abre un nuevo enfoque sobre cómo los animales gestionan las expectativas, pero también plantea preguntas sobre la evolución de la justicia como un rasgo humano único. Aunque los animales pueden reaccionar ante situaciones desiguales, parece que sus respuestas carecen del componente moral y social que define la aversión a la inequidad en los humanos. Esto subraya la complejidad del pensamiento humano en cuanto a justicia, lo que hace única nuestra especie en este sentido.