Laura Ruiz
Enfermera de profesión

¿Cómo se da el gusto por la enfermería?
Mi gusto por la enfermería viene por vocación, desde algún momento de mi vida. Yo creo que fue alrededor de los 15 años cuando comenzó el interés hacia lo que es la enfermería. Fue en esa etapa que empecé a cuestionarme sobre qué quería hacer en el futuro, y al recibir las opciones de carrera que nos daban en el bachillerato, me di cuenta de que mi verdadera inclinación estaba en el área de la salud. Tenía muy claro lo que quería estudiar, y a pesar de que es una decisión que, a veces, no se tiene tan clara en la adolescencia, yo estaba convencida. Afortunadamente, logré seguir mi camino hacia la enfermería, y hoy, mirando hacia atrás, me doy cuenta de que no me equivoqué.
¿Tiene algún miembro de su familia que esté dentro del área de la salud?
Sí, tengo una tía que es enfermera y fue una gran inspiración para mí. Cuando la conocí, ella siempre me platicaba sobre lo que hacía en su trabajo. Recuerdo que siempre la veía portando su uniforme blanco, y me encantaba verla así. Me imaginaba cómo sería mi futuro si tomaba ese camino. Es muy curioso porque ella me contaba sobre su día a día en el hospital, y yo me sentía atraída por esas historias. Muchos de los procedimientos que aprendí en la enfermería los reforcé con ella, ya que pude acompañarla en su trabajo y observar cómo realizaba diversas tareas. Desde pequeña, ella fue un ejemplo a seguir por su dedicación, por la forma en que se entregaba a su trabajo y por la manera en que se comprometía con los pacientes. Además, si alguien en la familia se enfermaba, era yo quien quería ayudar, lo cual me impulsó aún más a seguir este camino. Fue mi tía quien, de alguna manera, me mostró lo que es el verdadero sentido de la enfermería.
¿Ha tenido la oportunidad de trabajar en el sector salud?
Sí, de hecho, en Saltillo, que es de donde soy originaria, tuve la oportunidad de trabajar en el área hospitalaria. Esa experiencia fue muy enriquecedora porque pude estar en contacto directo con los pacientes, lo que me permitió comprender el verdadero sentido de nuestra labor como enfermeras. Fue una etapa muy formativa, ya que me permitió tener una perspectiva más amplia del sistema de salud y cómo impacta directamente en las personas. Sin embargo, en Piedras Negras, donde actualmente vivo, no he tenido la oportunidad de trabajar en hospitales, pero he continuado mi carrera en el ámbito docente. Actualmente, me desempeño como profesora de enfermería, lo que también me apasiona mucho. En esta labor trato de mantenerme actualizada en las nuevas tendencias y procedimientos para poder proyectar a los alumnos las cuatro funciones básicas de la enfermería, una de las cuales es la asistencial. Aunque no trabajo directamente en un hospital ahora, siento que mi vocación sigue siendo la misma, ya que tengo la oportunidad de formar a los futuros profesionales de la salud, algo que también es muy significativo para mí.
¿Cómo ve el rol de la enfermería en el hospital?
Las enfermeras somos mucho más que el corazón del hospital, somos el cerebro. La enfermería tiene que estar 24/7, siempre alerta, porque si un profesional de la salud está acompañando a un paciente o está realizando algún procedimiento, en muchos casos, es enfermería quien está detrás de todo. No solo seguimos indicaciones, sino que evaluamos, observamos, y estamos al tanto de cualquier cambio que pueda ocurrir en el paciente. Somos quienes coordinamos los cuidados, quienes gestionamos las interacciones con otros profesionales de la salud y quienes damos soporte emocional a los pacientes y sus familias. Me siento muy orgullosa de ser enfermera porque sé que, sin importar el entorno, nuestra labor es fundamental. Las enfermeras son el pilar en el que se apoya el funcionamiento del hospital, porque no solo trabajamos en lo físico, sino también en el cuidado emocional y psicológico del paciente.
¿Qué significa para usted ser enfermera y cuál es su visión sobre la carrera?
Ser enfermera para mí significa mucho. Es más que un trabajo; es un compromiso con los demás. Me siento muy orgullosa de mi profesión porque es una carrera que, además de ser desafiante, te permite hacer una diferencia en la vida de las personas. La enfermería está más allá de la simple atención en un hospital; es un verdadero acto de servicio y dedicación.
También, como docente, trato de dar el plus a mis alumnos, porque creo que una parte fundamental de nuestra carrera es el empoderamiento. La enfermería debe ser reconocida como lo que es: una profesión fundamental en el sistema de salud. A veces, la labor de las enfermeras no se visibiliza como se debería, pero creo que es esencial que la sociedad reconozca lo valioso que es contar con un profesional de la enfermería bien capacitado. Para mí, la enfermería es la base de un sistema de salud eficiente, y eso es lo que trato de transmitir a mis estudiantes: que se sientan orgullosos de lo que hacen y que siempre busquen superarse para dar lo mejor de sí mismos en cada jornada.
¿Cómo se siente con respecto al empoderamiento de la carrera de enfermería?
Me siento muy orgullosa de ser parte de la enfermería. Creo que, en los últimos años, hemos logrado empoderar más nuestra carrera, haciéndola visible y mostrándole a la sociedad lo importante que es el rol que desempeñamos. La enfermería tiene que estar en constante evolución, y eso me motiva a seguir adelante, a seguir preparándome y a seguir enseñando a las nuevas generaciones. Mi trabajo no solo es cuidar a los pacientes, sino también formar a aquellos que, en el futuro, estarán haciendo lo mismo. Estoy convencida de que podemos lograr más reconocimiento y mejores condiciones para la enfermería si seguimos luchando por ella.
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