La ola de robos en Monclova beneficia a las chatarreras
Las chatarreras en Monclova han encontrado una nueva fuente de ingresos al comprar motores de abanico y bombas de agua robadas, generando un problema creciente de seguridad y daños materiales en la ciudad.
Los robos de motores de abanico y bombas de agua en Monclova, Coahuila, se han convertido en una problemática recurrente. Los ladrones, motivados por el valor del cobre, han encontrado en las chatarreras locales una fuente de ingresos segura, ya que estas pagan entre 200 y 300 pesos por cada pieza completa. La situación ha generado una ola de robos que ha impactado tanto en la seguridad como en la economía local.
El incremento de robos en Monclova ha llevado a que las chatarreras locales encuentren una oportunidad de negocio en la compra de motores de abanico y bombas de agua robadas. Según un empleado de una chatarrera que pidió anonimato, estos establecimientos tienen identificados a los vendedores recurrentes de objetos robados, pero continúan adquiriéndolos debido al margen de ganancia que representan.
"Sabemos quiénes son los que llegan con cobre o motores robados, pero mientras traigan la pieza completa y funcione, les pagamos un poco más", confesó el empleado.
Las chatarreras ofrecen entre 200 y 300 pesos por cada motor o bomba completa, y posteriormente los venden a precios que oscilan entre 700 y 1,500 pesos, dependiendo del estado de la pieza. Esta práctica ha convertido los robos de motores y bombas en una actividad rentable tanto para los delincuentes como para las chatarreras.
Cambio en la estrategia de los ladrones
Anteriormente, los ladrones solían desmantelar motores y bombas para extraer el cobre y venderlo por separado sacando entre 80 a 150 pesos. Sin embargo, desde que las chatarreras comenzaron a pagar más por las piezas completas, los delincuentes han optado por robar los dispositivos enteros, causando mayores daños en propiedades y negocios.
El cambio en el tipo de robo se debe también a la transición de materiales en las instalaciones locales. El cobre ha sido reemplazado por fibra óptica y otros materiales menos valiosos, lo que ha llevado a que los ladrones centren sus esfuerzos en los motores y bombas, donde aún encuentran cobre y componentes valiosos.
Ganancias para las chatarreras
El negocio ha resultado altamente lucrativo para las chatarreras, que ahora comercializan motores y bombas a precios significativamente más altos. Un motor que compran por 250 pesos puede venderse por hasta 1,500 pesos si está en buen estado y funciona correctamente.
Esta dinámica ha llevado a un incremento en el número de robos reportados ante las autoridades locales. Sin embargo, las denuncias y los operativos de seguridad no han logrado frenar esta práctica debido a la dificultad para rastrear las piezas una vez que ingresan al circuito de compra y venta en las chatarreras.
Reacción de las autoridades locales
Las autoridades en Monclova han reconocido el problema y han intensificado los operativos en las zonas comerciales y residenciales más afectadas. La policía ha identificado algunos puntos de venta y ha realizado inspecciones en chatarreras locales, pero hasta el momento no se han presentado detenciones relacionadas directamente con estos robos.
El gobierno municipal ha anunciado que reforzará la vigilancia y el control sobre las chatarreras para evitar la compra de material robado, aunque los comerciantes argumentan que no tienen forma de verificar el origen de los objetos que reciben.
Contexto local y económico
Monclova ha experimentado un aumento en la incidencia de robos de cobre y metales desde hace varios años, especialmente tras la crisis económica generada por el cierre parcial de industrias en la región. Este fenómeno ha hecho que materiales como el cobre y otros metales sean altamente demandados en el mercado negro.
Según datos de la Secretaría de Seguridad Pública de Coahuila, los robos de materiales metálicos han aumentado un 18% en el último año, siendo Monclova uno de los puntos críticos debido a la alta concentración de chatarreras y la facilidad para colocar estos materiales en el mercado local.
El auge en los robos de motores y bombas de agua en Monclova ha puesto en evidencia las lagunas en la regulación de las chatarreras y la dificultad para rastrear el origen de los materiales robados. Mientras las chatarreras sigan ofreciendo pagos rápidos y en efectivo, la problemática podría continuar afectando la seguridad y la economía local. Las autoridades enfrentan el reto de regular esta actividad sin afectar el comercio legítimo de metales reciclados.
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