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La Entrevista con Karla Lizeth Rodríguez García

Entrevista
Sallory Zapata
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“Mi vida, vista detrás de los libros, entre páginas que me enseñaron a vivir”

Karla ¿Cómo fue que llegaste a trabajar en una librería? ¿Siempre lo imaginaste?

“La verdad es que nunca lo planeé. Yo estaba buscando trabajo y un día, casi por casualidad, vi en el periódico un anuncio que decía que se solicitaba ayudante para una librería. Entré sin imaginar que se convertiría en mi vida profesional. Al principio solo pensaba quedarme unos meses, aprender lo básico y después buscar otra cosa. Pero la librería me atrapó desde el primer día: el ambiente, el olor de los libros, el contacto con la gente. A los seis meses ya era la encargada general, y lo que empezó como algo temporal se volvió mi vocación y, de alguna manera, mi hogar”.

Han pasado más de 17 años desde aquel momento. ¿Cómo describirías tu experiencia en este rubro?

“Ha sido un camino lleno de aprendizajes. La venta de libros cambia con el tiempo, cambian los gustos, cambian las dinámicas de consumo y cambia también la forma en que la gente se acerca a la lectura. Pero lo que nunca cambia es el valor que las personas les dan.En todos estos años he visto cómo la librería se adapta a las nuevas generaciones y cómo, a pesar de que el mundo es cada vez más digital, siempre existe un sector de la población que busca un libro físico, que quiere oler el papel, pasar las páginas, tomarse un momento de silencio y vivir esa experiencia tan íntima. Cada año trae un reto distinto, pero también una satisfacción nueva”.

¿Qué te ha sorprendido más de trabajar tantos años en Librerías Educal?

“Sin duda, lo que más me ha sorprendido es la cercanía con las personas. Una librería no solo es un lugar donde se venden libros; muchas veces se convierte en un refugio emocional, un sitio donde la gente encuentra consuelo. Hay personas que llegan buscando apoyo porque están pasando por una pérdida, un divorcio, un duelo, una enfermedad o simplemente una etapa de mucha confusión. Me cuentan sus experiencias, sus dudas, sus preocupaciones, y yo puedo acompañarles desde los libros. A veces una sola recomendación abre una puerta enorme. Ser parte de esas historias, aunque sea de manera breve, es algo muy significativo para mí”.

¿Tienes alguna experiencia especial que recuerdes con cariño?

“Una de las más bonitas es ver a personas que llegaban aquí siendo adolescentes, estudiantes o incluso niños, y que ahora regresan convertidos en adultos. Algunos ya vienen con sus hijos de la mano, buscando sus primeras lecturas. Ver cómo la lectura pasa de generación en generación es de las cosas que más me conmueven. Me emociona profundamente que sigan buscando esta librería como un punto de encuentro, como un lugar donde comenzaron a formarse como lectores y al que vuelven porque les trae recuerdos buenos”.

¿Qué papel ha jugado la lectura en tu vida personal durante todo este tiempo?

“Siento que leer tanto me ha permitido conocer autores que jamás habría descubierto por mi cuenta. Estar aquí me ha puesto frente a todo tipo de literatura: clásicos, poesía, narrativa latinoamericana, novela histórica, escritores jóvenes que empiezan a destacar… Muchos autores mexicanos están muy devaluados o no reciben la atención que merecen, pero descubrirlos ha sido un tesoro. Juan Rulfo, por ejemplo, es uno de mis favoritos. Su manera de escribir, de retratar a México, de darle vida al silencio, es sencillamente incomparable. Leerlo siempre me recuerda por qué amo tanto los libros”.

¿Cómo ha sido tu trabajo como administradora de la librería tras tantos años?

“Llevo más de 17 años administrando este espacio y ha sido una experiencia enriquecedora. He visto crecer la librería, adaptarse, renovarse. Administrar no solo es llevar números: es entender qué busca la gente, qué necesita, qué historias pueden sumar a sus vidas. Es escuchar y observar. Me ha hecho más sensible, más paciente y también más creativa”.

¿Te preocupa que el libro físico desaparezca?

“No. Puede transformarse, sí, pero desaparecer por completo no lo creo. Las ferias del libro siguen llenándose, la gente sigue emocionándose al tener un libro en las manos. La experiencia física es irreemplazable”.

¿Qué significa para ti recomendar libros a quienes buscan apoyo emocional?

“Es una de mis mayores satisfacciones. Cuando alguien llega con una historia difícil y confía en mí, siento una responsabilidad hermosa. Recomendar un libro es ofrecer una compañía. Cuando regresan y me dicen que les ayudó, entiendo por qué sigo aquí después de tantos años.”

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