El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y el autismo suelen presentarse juntos en la infancia. Un nuevo estudio revela que, en muchos casos, esta combinación de diagnósticos persiste hasta la adultez.
Los investigadores también hallaron que los adultos con ambas condiciones tienden a presentar peores resultados de salud en general.
"En términos generales, la prevalencia del TDAH disminuye con la edad, pero observamos que entre los adultos autistas, las tasas de este trastorno eran prácticamente las mismas que en los niños con autismo", explicó Benjamin Yerys, psicólogo del Hospital Infantil de Filadelfia y autor principal del estudio.
Dado que los diagnósticos de autismo continúan en aumento durante la infancia, Yerys destacó la importancia de garantizar que los adultos con TDAH y autismo tengan acceso a programas de apoyo que aborden ambas condiciones a lo largo de su vida. Yerys también lidera el programa PASSAGE en el Centro de Investigación sobre el Autismo del hospital.
El estudio fue publicado el 12 de febrero en la revista JAMA Network Open.
Para comprender mejor cómo evoluciona el diagnóstico dual en la adultez, los investigadores analizaron datos de Medicaid de más de 3.5 millones de adultos en Estados Unidos entre 2008 y 2019.
Descubrieron que el 27 % de los adultos con autismo, pero sin discapacidad intelectual, también tenían TDAH, lo que representa una tasa 10 veces mayor que la observada en la población general de Medicaid.
La prevalencia de TDAH aumentó al 40 % entre aquellos con autismo y algún tipo de discapacidad intelectual.
A pesar de que el TDAH puede manejarse con medicación, el estudio encontró que menos de la mitad de los adultos diagnosticados recibían tratamiento farmacológico para el trastorno.
El impacto del TDAH no se limitó a la salud mental. Los adultos con esta afección presentaron tasas más altas de consumo de sustancias, enfermedades cardiovasculares y lesiones en comparación con quienes no tenían el trastorno.
No obstante, el estudio también encontró que, en la mayoría de los casos, el tratamiento con medicación ayudó a reducir estos riesgos de salud física, sugiriendo que un manejo adecuado del TDAH podría mejorar la calidad de vida de los afectados.