El trabajo responsable y la familia no se dejan jamas
Hector Guerrero SolanoENTREVISTA
BENJAMIN VALDÉS SALINAS
Padre, empresario, laboratorista
Quién no conoce o ha solicitado los servicios de Laboratorios Valdés en Piedras Negras. Y quién no ha platicado con Benjamín Valdés Salinas, conocido más por su trabajo responsable que social.
Hoy nos platica como ha sido el desarrollo de su empresa en décadas, su esfuerzo para salir adelante, su empeño y trabajo, además de su aportación a la comunidad.
¿Cómo resumiría décadas de lucha y trabajo?
“Han sido 56 años desde que comenzamos con los Laboratorios, pero muchos más años de sacrificio, de lucha de esfuerzo constante, de sacrificios, de estudio, de actualizaciones, de vida familiar. Y sobre todo de mucha responsabilidad en algo que te gusta y que siempre quisiste”.
¿Está agradecido con la vida?
Claro que estoy a gusto con mi vida, aunque no ha sido fácil. Estoy muy agradecido con Dios por todo lo que ha dado, ha sido mucho más de lo que merezco. Pero, también estoy contento con mis clientes, mis hijos, mi familia, mis amigos, aunque han sido pocos, estoy feliz de lo que pensé hacer y lo hice”.
¿Ha tenido problemas de salud?
“En 2018 sufrí un problema intestinal y me hospitalicé grave en Monterrey. Me morí dos veces y vi la luz, pero me regresaron. Luego en abril de este año tuve problemas de salud, los médicos decían que no había nada que hacer, pero otra vez me levanté, tuve tratamiento y aquí andamos con el favor de Dios”.
¿Cómo nació Laboratorios Valdés?
“Es una larga historia que comenzó con mis padres allá por los 30 o 40s. Me inculcaron, me prepararon para trabajar en la vida de forma honesta. Y así transcurrieron los años de estudio, de emprender tu propio Laboratorio.
“Estudié en Monterrey, conocí a mi esposa como estudiante y me la traje para Piedras Negras, ella dice que, de ayudante, pero ha sido mi sostén toda la vida. Y ya en Piedras Negras comenzamos a pagar un terrenito por años y aquí estamos”.
¿Fue donde aún está su negocio?
“En la calle Zaragoza en el Centro. Nosw endeudamos por 5 años incluso hipoteque todo para pagar terreno y comprar equipo moderno, nadie me regaló dinero.
“Mi gusto por la carrera y una vida de trabajo sábados y domingos o días festivos. Pero, sobre todo porque era tu propio negocio, tu propio laboratorio. Y sí, tengo que decirlo, con el apoyo de mi esposa”.
¿Cómo le nació estudiar laboratorista clínico?
“Cuando chico me emocionó un microscópio donde observaba los tejidos de cebollas. Es decir la biología me llamó la atención, así como la botánica y todo lo relacionado con la medicina botánica o la anatomía humana”.
¿Conoció la medicina antigua?
“Claro, me tocó moler la medicina en morteros y preparar los frascos con medicinas o pomadas que envolvías en sobrecitos que pesabas en una báscula y vendías al cliente por miligramos. Todo era legal, leugo con el paso del tiempo llegaron los medicamentos de patente y todo se transformó, lo que fue una transición muy fuerte”.
¿Tiene el microscopio todavía?
“Si a nadie se lo solté. Me gustaba mucho, le dediqué horas. Ahora tengo tres microscopios más modernos con cámaras, uno alemán. Es decir, siempre mejorando los equipos, actualizando para facilitar el trabajo y mejorar el servicio al cliente.
“Antes se checaban muestras fáciles para detectar cosas como ácido úrico, no se conocían bien los triglicéridos, la glucosa o el colesterol alto o bajo con densidad malo o buen. Ahora te permite tomar muestras y entregar buenos resultados, pero también un ingreso económico y un buen servicio a la gente, que es lo principal”.
¿Se le conoce como un Laboratorio responsable?
“La verdad han sido muchas satisfacciones. Siempre digo que todo empieza con la primera muestra de sangre, luego dar seguimiento y obtener un resultado profesional. Es decir, se trata de un trabajo responsable, no tienes permiso para equivocarte. Todo tiene que hacerse bien, a eso viene la gente al Laboratorio a checarse y a conocer resultados. La responsabilidad nunca se acaba”.
¿Algún consejo para los emprendedores?
“Trabajar más horas de las que se pueda, buscar un trabajo que te guste y en su caso trabajar o emprender en algo que te guste. Pero también respetar al cliente, darle su lugar y escucharlo. Por, eso es un cliente, a eso viene. Se tiene que ser paciente no impaciente.
“Es decir, respetar y no abusar, no cobrar de más, al final esa misma persona vendrá otra vez a buscarte. Y repito, dar resultados con calidad, con seriedad, y nunca engañar a un cliente”.
¿Sigue trabajando en el Laboratorio?
“No ahora se hace cargo mi hijo Alan. Yo voy de vez en cuando como hace días, cuando una persona me vio y me saludó en el Laboratorio. Era un cliente de 300 o 40 años que sigue practicándose los exámenes en este lugar. Y eso es muy satisfactorio, que la gente te conozca y se acuerde de ti”.
¿Qué aconsejaría a las nuevas generaciones?
“NO puedes descuidar tu familia jamás. Si te sobra un poco de tiempo, dedícaselo a ellos. En mi caso fui el más chico de la familia y tuve pocos amigos.
“LO segundo, trabajo si, vicios no. El trabajo honesto te hará feliz. Cierto la diversión es necesaria, pero aún así el trabajo y la familia van por encima de todo”.
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