El ocaso de los gigantes: saqueos y abandono en los sindicatos de AHMSA
Estos recintos, que alguna vez fueron símbolo de unidad y fortaleza para miles de trabajadores.
Mario AlemánLa escena, tan cruda como simbólica, reflejaba el colapso de lo que una vez fue una fuerza sindical poderosa y respetada.
Como si el tiempo hubiera decidido cebarse con ellos, los edificios que albergaron los sindicatos más poderosos y respetados de Monclova, el Nacional Democrático Sección 147 y el Sindicato Nacional Democrático Sección 288 de AHMSA, han caído en un estado de abandono tan profundo que, para muchos, parecen fantasmas de un pasado glorioso.
Estos recintos, que alguna vez fueron símbolo de unidad y fortaleza para miles de trabajadores de Altos Hornos de México, hoy son víctimas del saqueo constante por parte de adictos, ladrones e indigentes. Tuberías, abanicos, climas, mobiliario y hasta butacas han desaparecido de sus entrañas, robados por quienes ven en la decadencia una oportunidad.
La tarde del miércoles, el escenario volvió a repetirse. Arturo “N”, un hombre de 39 años, fue sorprendido taladro y cincel en mano, arrancando tubería de cobre del piso mientras golpeaba las paredes del edificio de la 288.
La escena, tan cruda como simbólica, reflejaba el colapso de lo que una vez fue una fuerza sindical poderosa y respetada, íntimamente ligada a la cúspide de AHMSA, la empresa que sostuvo la economía de Monclova por décadas.
Haziel Valdez, encargado del sindicato, explicó que decidió llamar a las autoridades tras recibir reportes de ruidos extraños dentro del inmueble. Fue gracias a su rápida reacción que los policías lograron detener al acusado, quien intentó justificar sus acciones, asegurando que alguien lo había contratado para realizar el “trabajo”.
Pero este saqueo no es un hecho aislado. El edificio de la Sección 147, al igual que el de la 288, sufre la misma suerte. Con sus paredes deterioradas y su infraestructura al borde del colapso, estos lugares, que antaño fueron el punto de encuentro para miles de trabajadores, ahora reflejan la desidia y el desinterés generalizado.
La falta de inversión en mantenimiento, sumada a la incertidumbre que rodea el futuro de AHMSA y el sector industrial de la región, ha dejado a los inmuebles vulnerables, convertidos en una metáfora tangible de la caída de la otrora poderosa siderúrgica y de un modelo industrial que ya no parece tener cabida en la economía actual.
La decadencia no solo duele a quienes ven en estos edificios los recuerdos de sus luchas sindicales, sino también a una ciudad que observa cómo los vestigios de su grandeza se desmoronan. La historia de Monclova, escrita con sudor, acero y unidad, parece desvanecerse poco a poco, dejando en su lugar ruinas saqueadas y un eco de lo que alguna vez fue.
Noticias del tema