El Minutero
Cronos / El Tiempo de MonclovaEl área de Comunicación Social de la presidenta municipal de Arteaga, Ana Karen Sánchez, parece vivir en un mundo paralelo, donde las leyes, la ética y la lógica no tienen cabida. Recientemente, se utilizó a una niña boxeadora, quien representará al municipio y al estado en la etapa macroregional de la CONADE, como un vehículo para promover la imagen personal de la alcaldesa. La joven portaba un uniforme en el que, de manera nada sutil, aparecía el nombre de Ana Karen Sánchez junto al período de gestión. Aunque la presidenta intentó justificarlo como un "error de quien mandó a hacer la camiseta” la difusión de la fotografía por parte de su equipo la puso en evidencia ya que, si hubieran querido, y si realmente fuera un error, habrían podido utilizar algo de tecnología básica para pixelar o difuminar el nombre en la imagen, ¿O acaso fue todo planeado como una descarada promoción personal? La Presidenta Municipal está atrapada en la torpeza de sus colaboradores, tanto del área deportiva (quienes supuestamente hicieron la camiseta), como de Comunicación Social que, lejos de ayudarla a posicionarse, terminaron de exhibirla.
Por otro lado, los primeros tres meses de la administración de Monclova nos revelan una realidad oscura: el incumplimiento de la transparencia y el acceso a la información pública. En el portal oficial del municipio, los espacios que deberían estar disponibles para la consulta ciudadana están vacíos. La promesa de apertura gubernamental se desvanece al observar la opacidad con la que se manejan los recursos y la información. Esta conducta no solo es una falta a la Ley Estatal de Transparencia, sino una muestra de desdén hacia el derecho ciudadano de conocer lo que ocurre en su entorno. Si bien las administraciones pasadas permitían cierto acceso a la información, hoy, bajo la nueva administración, la opacidad parece la norma.
Todas las carpetas están vacías y no es posible conocer los nombramientos, comisiones, declaraciones patrimoniales, ni la remuneración de los funcionarios o el directorio de los servidores públicos. El casi extinto Instituto Coahuilense de Acceso a la Información (ICAI) obliga a los ayuntamientos a exhibir en su página oficial la información pública mínima, que incluye lo mencionado antes y más. Habrá que ver qué prosigue luego de este incumplimiento de la administración municipal, aunque aún tiene tiempo de corregirse.
Inicia la cuenta regresiva para la histórica elección del Poder Judicial en México. A partir de este domingo, comienzan las campañas, pero aún reina la incertidumbre: ni la autoridad electoral tiene claro cómo se llevará a cabo el proceso ni quiénes serán los candidatos.
El presupuesto es limitado, restringe la propaganda a volantes y redes sociales, sin acceso a radio ni televisión. Aunque no participan partidos políticos, las influencias ideológicas son evidentes. En la Región Carbonífera, aún no hay aspirantes visibles. La confusión predomina, pero el tiempo, como dice el refrán chino, revelará el desenlace.
En la frontera de Coahuila, la celebración del Abrazo de la Amistad, que en su esencia debería unir, acabó siendo un escaparate político donde las comitivas, tanto de Piedras Negras como de Eagle Pass, explotan la ocasión para promover sus intereses. La presencia de candidatos a Mayor (equivalente a alcalde(sa)) de Eagle Pass, quienes aprovecharon el evento para hacer campaña, subraya lo que muchos ya sospechaban: la política, siempre atenta al momento oportuno, no deja de meterse en todo.
En Torreón, la situación se torna sobre factores esenciales para la calidad de vida es aún más grave. El desabasto de agua en amplias zonas de la ciudad y la contaminación severa afectan la vida cotidiana de sus habitantes.
El problema no es nuevo, pero sigue siendo ignorado por las autoridades, la salud y el bienestar de los ciudadanos parece no estar en sus prioridades.
Estudios, investigaciones y análisis industriales y químicos de científicos en la región advierten que la Laguna está infestada de contaminantes industriales que pululan en la atmósfera y que rebasan los límites permitidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además del plomo, hay elementos como mercurio, arsénico, detergentes, aceites, plástico y sustancias químicas. La falta de acción, junto con la desidia gubernamental, amenaza con hacer de Torreón un lugar cada vez menos habitable. El clamor de la población, quizás, es la última esperanza de que esta situación cambie.
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