El impacto de los nuevos aranceles de Trump en el comercio internacional

Trump reiteró este jueves que la fecha del 2 de abril sigue vigente para la posible aplicación de lo que ha denominado "aranceles recíprocos" a nivel global.

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció este jueves que la imposición de aranceles del 25 % a las exportaciones provenientes de México y Canadá, cuya implementación había sido aplazada por un mes, entrará en vigor el próximo martes. Asimismo, declaró que, a partir de esa fecha, China estará sujeta a un incremento del 10 % en tarifas aduaneras "hasta que se detenga o limite" el tráfico de narcóticos. Con esta decisión, el mandatario estadounidense intensifica su política comercial, generando incertidumbre tanto en su país como a nivel internacional, lo que suscita preocupación entre empresarios y economistas.

"Las drogas siguen entrando en nuestro país desde México y Canadá a niveles muy altos e inaceptables", expresó el presidente a través de su plataforma Truth Social. "No podemos permitir que este flagelo continúe dañando a Estados Unidos y, por lo tanto, hasta que se detenga o se limite seriamente" los aranceles "programados" para "el 4 de marzo entrarán en vigor, según lo previsto", aseguró.

El presidente Trump había anunciado en febrero la imposición de aranceles del 25 % a las exportaciones mexicanas y canadienses con el propósito de instar a estos países a adoptar medidas más estrictas contra el tráfico de fentanilo, un opioide sintético que ha causado estragos en la población estadounidense, así como para reducir la migración ilegal, una de sus principales promesas de campaña.

Tras mantener negociaciones con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, que incluyeron compromisos en materia de seguridad fronteriza, Trump concedió un plazo adicional de un mes antes de proceder con la aplicación de los aranceles. No obstante, el mandatario ha confirmado ahora su implementación, aunque su historial político sugiere que aún podrían producirse modificaciones de último momento, dado que ha recurrido frecuentemente a la amenaza arancelaria como herramienta de negociación.

"Un gran porcentaje de estas drogas, muchas de ellas en forma de fentanilo, se fabrican y suministran en China. Más de 100.000 personas murieron el año pasado debido a la distribución de estos venenos peligrosos y altamente adictivos", escribió Trump. En consecuencia, anunció que “China deberá pagar un arancel adicional del 10 %" a partir del 4 de marzo. Este incremento se suma al 10 % previamente introducido en febrero, medida a la que el gobierno chino respondió con la imposición de tarifas a ciertas exportaciones estadounidenses.

Un alto funcionario estadounidense confirmó a la agencia AFP que este nuevo arancel se adicionará al existente, argumentando que no se han logrado "progresos suficientes" en la lucha contra el tráfico de drogas. En su opinión, resulta necesario que Washington actúe contra los tres países implicados para abordar eficazmente la crisis del fentanilo.

Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, manifestó su expectativa de que las negociaciones conduzcan a una solución antes de la fecha límite. "Esperamos que podamos hablar con el presidente Trump, que podamos llegar a un acuerdo y que el 4 de marzo podamos anunciar otra cosa", afirmó. En este contexto, el secretario de Estado, Marco Rubio, y el gabinete de seguridad mexicano se encuentran en Washington llevando a cabo conversaciones con sus homólogos estadounidenses, mientras que una delegación canadiense también se ha desplazado a la capital estadounidense con el fin de buscar una solución al conflicto comercial.

Adicionalmente, el presidente Trump reiteró este jueves que la fecha del 2 de abril sigue vigente para la posible aplicación de lo que ha denominado "aranceles recíprocos" a nivel global, incluyendo tanto a países aliados como adversarios. Aunque no se han proporcionado detalles precisos sobre la implementación de esta política, se entiende que el objetivo sería equiparar las tarifas impuestas a las importaciones provenientes de un país con aquellas aplicadas por dicha nación a los productos estadounidenses.

Trump ha expresado reiteradamente su descontento con las tarifas que gravan los productos estadounidenses en mercados extranjeros, argumentando que estas son desproporcionadas y que la balanza comercial debe ser ajustada. Para ello, se prevé que los aranceles sean adaptados en función de cada socio comercial, una vez que las agencias gubernamentales concluyan los estudios pertinentes solicitados por la Casa Blanca.

Estos anuncios profundizan la política arancelaria de la administración Trump, lo que genera preocupación a nivel global. El miércoles, el mandatario también declaró su intención de imponer próximamente un arancel del 25 % a determinados productos europeos. "Este panorama no es favorable para los negocios", advirtió Luisa Santos, vicepresidenta general de BusinessEurope. "Creo que el mayor impacto será para la economía de Estados Unidos, porque si adopta esta política con todos sus socios comerciales, en términos generales, la economía estadounidense será la más afectada", sostuvo.

De hecho, la economía de Estados Unidos ya comienza a mostrar signos de desaceleración, no solo debido a la intensificación de las disputas comerciales, sino también como consecuencia de las medidas de la administración Trump para reducir el gasto federal y disminuir el número de empleados gubernamentales.

El congelamiento de fondos destinados a organizaciones no gubernamentales y agencias federales, junto con los despidos de trabajadores estatales y la posibilidad de enfrentamientos comerciales de gran envergadura, han generado una disminución en la confianza del consumidor, un aumento en las expectativas inflacionarias y un estancamiento en los planes de inversión empresarial, según los datos más recientes.

La inflación en Estados Unidos se aceleró el mes pasado hasta alcanzar un 3 %, lo que se reflejó en un incremento en el costo de alimentos, combustibles y alquileres, factores que podrían retrasar una reducción en las tasas de interés.

Asimismo, la confianza de los consumidores ha mostrado una tendencia a la baja. Según el índice de febrero de The Conference Board, publicado el martes, la confianza descendió a 98,3 puntos, registrando su tercera caída consecutiva y marcando la mayor disminución mensual desde agosto de 2021.

Otra señal preocupante se presentó este jueves, cuando el Departamento de Trabajo informó que las solicitudes de beneficios por desempleo aumentaron significativamente en la última semana, lo que podría ser un indicio de tensiones emergentes en el mercado laboral.

Además, gobiernos estatales y municipales ya están tomando previsiones ante una posible retirada del apoyo fiscal federal, lo que los obligaría a considerar aumentos de impuestos o la emisión de bonos municipales para mantener el equilibrio presupuestario.

Aunque el presidente Trump ha reconocido que sus políticas económicas podrían generar dificultades a corto plazo, los primeros indicadores sugieren que su enfoque agresivo podría acarrear riesgos significativos para la estabilidad económica.

"Existe más incertidumbre de la que creo que se está considerando en su totalidad", advirtió Michael Strain, economista del American Enterprise Institute, un centro de pensamiento de orientación conservadora en Washington. "Toda la incertidumbre en torno a la política comercial, así como las medidas adoptadas por el Departamento de Eficiencia Gubernamental, probablemente tendrán un impacto negativo en los planes de inversión y expansión empresarial", agregó.

El presidente Trump asumió el cargo el mes pasado en un contexto de estabilidad económica y reducción de la inflación. No obstante, numerosos economistas han advertido que sus políticas comerciales radicales podrían generar un alza en los precios y desencadenar conflictos comerciales con repercusiones negativas en el crecimiento económico. Los indicios actuales parecen confirmar esas preocupaciones.

comentar nota

Noticias del tema