La película Cónclave, basada en la novela de Robert Harris, explora el proceso de selección de un nuevo Papa en el Vaticano. Con una representación detallada de los rituales eclesiásticos y una trama llena de intriga, el filme ha sido reconocido con ocho nominaciones a los Premios Oscar en las siguientes categorías:
- Mejor película
- Mejor actor principal (Ralph Fiennes)
- Mejor actriz de reparto (Isabella Rossellini)
- Mejor guion adaptado (Peter Straughan)
- Mejor montaje (Nick Emerson)
- Mejor banda sonora (Volker Bertelmann)
- Mejor diseño de producción (Suzie Davies, Cynthia Sleiter)
- Mejor vestuario (Lisy Christl)
El simbolismo de los nombres papales en Cónclave
Uno de los elementos más intrigantes del filme es la elección de los nombres papales, los cuales reflejan la visión y el propósito de cada personaje dentro de la historia.
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El nombre de Juan: En un momento clave, el decano elige el nombre de Juan al asumir el papado, en alusión a Juan I, quien en el año 525 viajó a Constantinopla para intentar poner fin a la persecución de los arrianos. En la película, esta decisión simboliza su intención de erradicar las divisiones dentro de la Iglesia.
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El nombre de Inocencio: El cardenal Vicente Benítez opta por llamarse Inocencio, en referencia a Inocencio I, reconocido por su labor en la unificación de la Iglesia de Oriente y Occidente. Su elección refleja su deseo de reconciliación entre los cardenales y su estrecha relación con el Papa anterior, ya que Inocencio I fue hijo del pontífice previo, un paralelismo con su vínculo dentro de la ficción.
Temas clave y referencias históricas en Cónclave
El filme aborda temas que refuerzan la profundidad de su narrativa:
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Histerectomía laparoscópica: Se menciona este procedimiento quirúrgico como una alternativa menos invasiva a la histerectomía abdominal, destacando un enfoque médico dentro de la trama.
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La leyenda de la Papisa Juana: Cónclave hace referencia a la mítica historia de la Papisa Juana, quien, según la leyenda, habría ocupado el papado disfrazada de hombre. Esta alusión cobra relevancia cuando se revela que el cardenal Benítez es intersexual, lo que provoca una reflexión sobre la inclusión dentro de la Iglesia.
A través de estas temáticas, Cónclave plantea dilemas sobre la tradición, la identidad y la evolución de la Iglesia en un mundo en constante cambio.