Con hat-trick de Kylian Mbappé, el Real Madrid elimina al Manchester City de la Champions League

El Real Madrid le pasó encima al Manchester City y los elimina de Champions

Existe una creencia de que todo aquel jugador que aspire a convertirse en leyenda del Real Madrid, debe protagonizar una noche mágica. La historia del club impone parámetros muy específicos para que el escenario sea válido, no puede ser cualquier noche, sino una de Champions League y en la que haya algo importante en juego. Kylian Mbappé pasó jornadas enteras buscando que el destino alineara los astros, hasta que las melodiosas notas del himno del torneo continental sonaron en el Santiago Bernabeu y el francés liquidó al Manchester City con un hat-trick que puso al madridismo de pie, como un esperado pase de lista. El Madrid avanzó a los octavos de final con un 6-3 global que parecía impensado.

El partido tenía tantas historias paralelas que había que elegir una. No fue Guardiola el protagonista, tampoco la acumulación de enfrentamientos entre ambos equipos y el surgimiento de un nuevo clásico europeo. El hombre de la noche fue Kylian Mbappé, como un sutil reclamo del futbol para exigir su protagonismo y que al final de cuentas lo que importa está en la cancha, y no afuera.

Pep Guardiola adelantó lo que venía
Guardiola había apelado en la previa a la baraja de posibilidades que puede ofrecer un partido. El técnico español había dicho que su equipo tenía apenas un uno por ciento de posibilidades de darle la vuelta al 3-2 de la ida. Luego, motivado por su pasado glorioso en aquel campo enemigo, vislumbró un partido más cerrado.

No se sabe, sin embargo, si su discurso derrotista quedó grabado en la mente de sus futbolistas, o si es verdad que el City del presente está tan lejos de lo que fue en el pasado. Lo cierto es que la realidad muy pronto confirmó que el técnico no mentía y su equipo tenía nulas posibilidades de superar al Madrid en su competición.

Real Madrid destrozó al Manchester City
Quizá el City ya había perdido desde antes de salir al césped, sin Haaland y sin De Bruyne, es decir, sin rumbo. Fueron dos minutos en los que los ingleses merodearon el área enemiga, sin prestarle el balón al Real Madrid. Bastó que los de Ancelotti recuperarán el esférico para liquidar la eliminatoria. Era el minuto 4 cuando Ceballos puso un balón largo a Mbappe que Ruben Dias midió mal. El central quedó cortó y la pelota quedó botando al filo del área, como exigiendo una definición picada. El francés, que interpreta el futbol como si le hablara al oído, la picó y tocó a Ederson para poner el primero.

La cara de Guardiola en el banquillo supuso un poema para el madridismo. El estratega se sentó resignado y por primera vez en años se sintió condenado. Su equipo necesitaba goles y respuestas, pero no hubo ni lo uno ni lo otro. El gol en contra dejó al City desorientado y en el futbol pocas cosas son peligrosas como deambular sin rumbo en el Santiago Bernabeu y que la grada blanca pida más. El Real Madrid atendió al llamado de su público y lo complació con un ritmo vertiginoso. Los de Ancelotti se dieron el lujo de poner el futbol y ampliar la renta al minuto 33, con una jugada colectiva en la que participaron todas sus figuras y que definió Kylian, para regocijo de la grada.

Con el complemento por disputarse, al partido le sobraba tiempo. Nunca creyó el Manchester City en la remontada, por el contrario, sabía que todo podía ir a peor. El presagio tenía a Mbappé como ese miedo que se mete en el cuerpo y que supone un nervio constante cuando el francés se enfila al arco, por la izquierda, por el centro o por la derecha. Fue precisamente por ese sector de la cancha que cayó el tercero, con una definición de zurda y a segundo palo, para completar una noche memorable. Ni siquiera un gol de Nico González al minuto 92 mermó la amargó el merengue. Después de tantas dudas, Mbappé ya llegó al Madrid, y el Madrid ya llegó a la Champions.

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